En los intentos de comer más sano y mantenernos en forma, pequeños cambios pueden ser de gran ayuda. Por eso, te contamos todas las ventajas de reemplazar carnes por pescados en la dieta diaria.
Más pescado y menos carne cada día
Los pescados, al igual que las carnes, constituyen una buena fuente de proteínas de origen animal o de alto valor biológico, pero a diferencia de las segundas pueden proveer muy pocas calorías (si se trata de pescado blanco) o bien, ofrecer grasas insaturadas beneficiosas para el organismo.
En este sentido, reemplazar carnes por pescados nos permitirá sumar omega 3 a la dieta habitual, un tipo de grasa con efecto antioxidante y antiinflamatorio que pueden ayudarnos a perder peso y también, alejarnos de múltiples enfermedades.
Por otro lado, a nivel metabólico el consumo de pescados fuentes de grasas sanas y con proteínas de calidad puede representar un gran cambio, contribuyendo a prevenir no sólo la obesidad y enfermedades cardiovasculares, sino también a controlar dislipemias, hipertensión arterial y otras patologías.
Por otro lado, los pescados constituyen alimentos igual de saciantes que las carnes, pero con inferior cantidad de purinas y por lo tanto, más fáciles de digerir y de utilidad para quienes tienen el ácido úrico alto en sangre.
Asimismo, la cocción que les damos habitualmente las carnes, que nos apetecen más doradas o chamuscadas, suelen resultar ma´s riesgosas que los métodos de cocción usados para pescados, que no suelen generar sustancias inflamatorias en grandes proporciones (excepetuando barbacoas).
Por todo esto, reemplazar la ingesta de carnes por pescados puede resultar en gran medida beneficioso para el organismo, ayudándonos entre otras cosas a controlar el peso corporal y alejarnos de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
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