El vegetarianismo es una de las opciones alimentarias que más está creciendo en los últimos años: según los datos del estudio The Green Revolution, llevado a cabo por la consultora Lantern, casi un 8% de la población española mayor de 18 años sigue una dieta vegetariana. Esto se nota también en la oferta hostelera, donde el número de locales con oferta vegana y vegetariana se ha duplicado en los últimos cinco años.
Aun tratándose de una opción bastante extendida entre la población, todavía existen muchas dudas relativas a la alimentación vegetariana: ¿tienen los vegetarianos más riesgo de padecer anemia? ¿se alimentan los vegetarianos solo a base de lechuga? En el siguiente vídeo os aclaramos los siete mitos más extendidos sobre la dieta vegetariana, para que no os quede ninguna duda.
Vegetarianos, veganos y otras opciones nutricionales
Lo primero de todo es diferenciar qué es y qué no es una persona vegetariana. Los vegetarianos, en general, no comen carne ni pescado, pero sí que pueden comer alimentos derivados de animales, como por ejemplo los huevos, los derivados lácteos o la miel. En caso de consumir huevos y lácteos, por ejemplo, hablamos de ovolactovegetarianos (ovo: huevo / lacto: leche).
Ser vegano, además de una opción nutricional supone adoptar un estilo de vida determinado: los veganos no consumen nada proveniente de los animales (ni lácteos, ni huevos, ni miel) pero además tampoco utilizan prendas de vestir que contengan partes de animales (cuero, lana, seda) ni usan cosméticos testados en animales o que contengan derivados de ellos.
Si queréis conocer en qué consisten otras opciones nutricionales como el crudiveganismo o el flexitarianismo, podéis consultar este artículo.
Una dieta vegetariana bien planteada es completa y solo necesita un suplemento
Pensar que una persona vegetariana solamente se alimenta a base de lechuga o que no come otra cosa que no sean verduras y hortalizas es un error: de hecho, la oferta vegetariana es amplísima y no tiene por qué reducirse a la clásica "ensalada de tomate y cebolla".
Las legumbres son la base proteica de la dieta vegetariana: a través de estas, que en un gran número de casos contienen proteínas completas (proteínas con todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita), podemos cubrir perfectamente las necesidades diarias de este macronutriente sin necesidad de consumir carne o pescado, ni tampoco suplementos proteicos.
El único suplemento que es necesario tomar en caso de llevar una dieta vegetariana es el de vitamina B-12. La vitamina B-12 es de origen bacteriano y las personas omnívoras la consiguen a través del consumo de carne y pescado. En el caso de los vegetarianos se puede obtener a través de los derivados de animales como la leche o el queso, pero por seguridad siempre es recomendable suplementarla.
La alimentación vegetariana no es una dieta de adelgazamiento (y puede no ser saludable)
Si estás pensando en hacerte vegetariano con la idea de bajar de peso, mejor piénsalo dos veces. Una dieta vegetariana no es una dieta de pérdida de peso: incluso en algunas ocasiones puede llevarnos a un aumento de peso si la dieta no está planificada correctamente.
Uno de los errores más habituales al comenzar una dieta vegetariana es sustituir las porciones de carne y de pescado por harinas refinadas: esto suele suceder porque no disponemos de los suficientes recursos nutricionales o ideas en la cocina, y lo que más a mano tenemos es el arroz, la pasta y el pan. Esto puede llevarnos no solo a un aumento de peso, sino también a un desequilibrio en nuestra dieta, en la que habrá un déficit de nutrientes.
Además, una dieta vegetariana no es una dieta saludable per sé: muchos de los ultraprocesados que no deberían tener cabida en nuestra alimentación diaria, como los snacks salados o la bollería industrial, son aptos para vegetarianos. Como veis, lo más importante es que la dieta esté bien planteada desde un inicio: para ello, podéis buscar información on-line (el blog de Lucía Martínez, Dime qué comes, y su libro es un buen punto desde el que comenzar) o bien podéis acudir a un dietista-nutricionista.
Una dieta vegetariana no es más cara que una dieta omnívora saludable
Una de las razones que suelen darse a la hora de rechazar la alimentación vegetariana es que muchos piensan que es mucho más cara que una dieta omnívora. Todo depende: si tu dieta omnívora se basa en hamburguesas de un euro, es muy posible que una dieta vegetariana sea más costosa, pero tu salud también lo pagará a largo plazo.
Comprar en el mercado alimentos de temporada y de proximidad y, sobre todo, cocinar en casa (algo que no es exclusivo de las dietas vegetarianas, sino que debe ser común a todos los tipos de alimentación), conseguirán que tus gastos en comida bajen notablemente. Un kilo de legumbres, por ejemplo, es más barato y tiene un rendimiento mayor que un kilo de carne o pescado.
En Vitónica podéis encontrar un montón de recetas vegetarianas y veganas para cocinar a diario y comer de forma rica y saludable sin alimentos de origen animal y con ingredientes que todos podemos tener en la cocina. ¡Es cuestión de ponerse manos a la obra!
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