Seguramente habéis escuchado hablar de la dieta ecológica y debido a su nombre piensas en que su fin es cuidar el medio ambiente, sin embargo, hay muchos otros aspectos a considerar al momento de escoger su práctica. A continuación te mostramos todo lo que tienes que saber sobre la dieta ecológica antes de integrarla a tu alimentación.
¿En qué consiste la dieta ecológica?
También llamada dieta Bio, la dieta ecológica pretende lograr una alimentación libre de químicos tóxicos es decir, consumir sólo alimentos frescos y orgánicos que se cultiven sin pesticidas, fertilizantes ni antibióticos que no sean naturales.
Asimismo, quedan excluidos de este tipo de dieta los alimentos procesados aun mínimamente, ya que en su manipulación pueden adicionarse químicos como los aditivos o ingredientes no naturales como los endulzantes artificiales.
Sin embargo, no sólo implica cuidar el origen de los alimentos que incluimos en nuestros platos sino también, modificar el estilo de vida a favor del cuidado del medio ambiente y de nuestra salud en conjunto.
De esta forma, la dieta ecológica no sólo propone consumir alimentos naturales, sin químicos tóxicos, sino también, movernos a diario, evitar los medios de transportes contaminantes y escoger los más amigables con el medio ambiente y además, controlar el tipo de alimentos que comemos eligiendo de forma prioritaria la ingesta de frutas y verduras, huevos, legumbres, lácteos, carnes y pescados, aunque no son pocas las personas que optan por una dieta vegana cuando deciden seguir una dieta ecológica.
Los beneficios de la dieta ecológica
Seguir una alimentación amigable con el medio ambiente y totalmente natural implica reducir la posibilidad de que se empleen pesticidas y otros químicos que dañan tierras, flora, fauna y también la salud humana como señala un estudio publicado en Ecological Economics.
Es decir, se intenta respetar los ciclos de la naturaleza en la producción de alimentos y eso, favorece sin duda el cuidado del medio ambiente. Además, si procuramos escoger alimentos ecológicos y acompañar con un estilo de vida que activo también podemos beneficiar nuestra salud moviéndonos más y alimentándonos con lo que la naturaleza ofrece en la temporada que transitamos.
Otra ventaja es la eliminación de diferentes disruptores endócrinos de nuestra dieta y vida diaria, tales como el DDT, el bisfenol A y otros que pueden alterar nuestro metabolismo y dañar células del cuerpo causando enfermedades crónicas y degenerativas de todo tipo.
También una alimentación más natural o con menos químicos supone menor riesgo de sufrir intolerancias o reacciones alérgicas y por ello, su práctica resultaría beneficiosa al alejarnos de enfermedades.
Inconvenientes de la dieta ecológica
Los químicos usados para producir alimentos fueron introducidos con la finalidad de incrementar el rendimiento y reducir costos, por eso, uno de los principales inconvenientes de la dieta ecológica son los altos costos de los alimentos que incluye.
Pollos, carnes y pescados producidos naturalmente, sin antibióticos ni hormonas son mucho más costosos y más difíciles de conseguir que aquellos producidos de forma no orgánica. Y de igual forma sucede con frutas, verduras, huevos y demás.
Por otro lado, no sólo el acceso a los alimentos se dificulta en la dieta ecológica sino que en realidad nunca sabremos con exactitud cuán respetable es con el medio ambiente la producción de un alimento y también si está totalmente libre de químicos tóxicos, ya que el Reglamento Europeo señala que algunos ingredientes (máximo 5%) de los alimentos procesados pueden no ser naturales e igualmente tratarse de productos ecológicos.
Asimismo, aunque adoptemos una dieta ecológica, nunca podremos garantizar la no exposición a químicos ni sustancias tóxicas, ya que por ejemplo, en el envasado, rotulado o incluso en la limpieza de los alimentos los químicos pueden hacerse presentes.
Si buscamos una alimentación más sana y amigable con el medio ambiente podemos acudir a alimentos de producción local, menos procesados y sobre todo, alimentos no envasados o que no requieran gran traslado más allá de ser orgánicos, pues el trasporte de alimentos y el envasado de los mismos son grandes contaminantes ambientales que de una u otra forma también perjudican la salud.
Bibliografía consultada | Ecological Economics, Volume 39, Issue 3, December 2001, Pages 449-462; Environmental Science & Policy, Volume 9, Issues 7–8, November–December 2006, Pages 685-692 y Reglamento (CE) n° 834/2007 del Consejo, de 28 de junio de 2007 , sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos y por el que se deroga el Reglamento (CEE) n° 2092/91.
Imagen | iStock y Laurel F
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