Comer por emociones es un problema frecuente que puede conducirnos al exceso de calorías y por ello, obstaculizar la pérdida de peso o también, favorecer el sobrepeso. Por ello, hoy dejamos algunos trucos y consejos para controlar la alimentación emocional.
Si quieres reducir al máximo tus ingestas por ansiedad, enojo, aburrimiento o estrés, os recomendamos poner en práctica los siguientes consejos en tu alimentación habitual, que te ayudarán a ajustar más el ingreso de calorías a las verdaderas necesidades del organsimo:
- Realiza un diario de alimentos o un registro de todo lo que llevas consumido a lo largo del día y sus respectivas cantidades, pues consultando el mismo te darás cuenta si ha faltado comida en tu ingesta anterior y verdaderamente tienes hambre o si en realidad, has comido lo suficiente y sólo sientes hambre emocional. Incluso, en tu registro diario de alimentos puedes incluir el estado de ánimo o humor que sientes al momento de comer.
- Analiza si se trata de hambre, pues muchas veces con sólo detenernos unos minutos a pensar si realmente tenemos hambre o si estamos a punto de comenzar a comer por otra razón es suficiente para controlar el consumo de alimentos por emociones. Sólo es cuestión de aprender a distinguir el hambre fisiológico del hambre psicológico.
- Reduce tu estrés realizando actividades que favorezcan la liberación de tensiones, tales como cualquier activdiad física, meditación, ejercicios de respiración o de otro tipo que te ayuden a aliviar la ansiedad y el estrés.
- Busca apoyo de familiares o amigos que pueden ser una buena forma de aliviar tensiones, resolver la ansiedad o simplemente, quitarnos de encima problemas con sólo hablar sobre los mismos.
- Evita el aburrimiento, es decir, reduce al máximo los momentos sin actividad alguna, pues es en éstos momentos cuando las emociones comienzan a manifestarse y se incrementa el riesgo de sufrir deseos de comer. Por supuesto, los tiempos de ocio hay que aprovecharlos, pero con actividades placenteras, que nos ayuden a reducir el estrés.
- Crea un ambiente saludable para comer, no sólo respecto al estrés y las distracciones, sino también, evita tener a tu disposición alimentos tentadores y de mala calidad que son los que habitualmente se eligen cuando comemos para calmar emociones. De esta manera, reducirás las probabilidades de afectar tu dieta cuando la alimentación emocional se escapa de tus manos.
Si bien es muy difícil erradicar la alimentación emocional de tu vida, es importante controlarla y reducir su presencia siempre que sea posible, de manera de ajustar mejor las ingestas a nuestras necesidades fisiológicas.
Para lograr un mejor control del hambre emocional, puedes utilizar los trucos y consejos anteriormente dados.
En Vitónica | Factores que pueden disparar la alimentación emocional
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