Hacer una planificación de dieta semanal no es fácil, hay que tener en cuenta las características personales de cada uno y distribuir raciones de los diferentes grupos de alimentos a lo largo de la semana. Aunque la dieta perfecta no existe, si se cumplen los principios de variedad y suficiencia tenemos mucho ganado.
El desayuno como base de una alimentación equilibrada
Una alimentación sana y equilibrada pasa por tener un desayuno completo. Eso de tomar el café con una magdalena no es suficiente ni en calorías ni en nutrientes. La primera comida de la mañana debe de ser más calórica incluso que la cena. El mayor problema del desayuno es que mucha gente siente poco apetito recién levantado.
Podemos aprovechar los primeros momentos después de levantarnos para asearnos, vestirnos y organizar la mañana y dejar el último momento para el desayuno, así la ingestión de alimentos de buena mañana no es tan violenta. Aunque como todo, es cuestión de acostumbrarse y si se fuerza un poco a desayunar más, al cabo de una semana el organismo pide gasolina nada más levantarnos.
Un buen desayuno debe contener lácteos, ya sea a modo de leche, yogur o queso. El pan y/o cereales tampoco deben de faltar, aunque debemos tener cuidado con los cereales altos en azúcares, ya que pueden ser más una golosina que una óptima fuente de hidratos de carbono. El tomar fruta por la mañana también es otro punto a tener en cuenta, obtendremos hidratos de absorción rápida y vitaminas y minerales nada más levantarnos, algo fundamental para que el cuerpo comienza a echar a andar.
Si alguna mañana hay prisa podemos preparar un batido la noche anterior y beberlo en pequeños sorbos por la mañana, si por el contrario lo tuyo es desayunar tranquilo viendo las noticias, un café con leche y tostadas es sin duda una buena opción. En el desayuno deben de predominar los hidratos de carbono, por eso las tostadas y los cereales son alimentos que siempre hay que tener en la despensa.
Variar a diario el desayuno no es algo fácil, nosotros os damos opciones fáciles y sencillas pero si quieres puedes optar por realizar el mismo desayuno durante una semana y cambiarlo a la siguiente, así te resultará más cómodo pensar en la primera comida del día. Si no estás acostumbrado a hacer un buen desayuno os animamos a cambiar de hábitos, es algo que el cuerpo agradece y se nota mucho la vitalidad que esas calorías dan a lo largo de la mañana.