Muchas son las dietas que, aunque se diseñan de manera individualizada, contemplan la existencia de un día libre en la misma. Este día libre es tomado por muchos como un respiro, pero por otros, es considerado el momento en que puedes pasar comiendo lo que quieres durante 24 horas y significa el inicio del fracaso en el plan de adelgazamiento.
Tener un día libre en una dieta de pérdida de peso tiene sus pro y sus contra, por lo que debe analizarse detenidamente si a un individuo particular le conviene este respiro o no le resulta eficaz ese descanso semanal de su dieta.
En primer lugar, ninguna dieta debería resultar como un castigo para una persona, de manera tal que se necesite descansar de él, pero en algunos casos, esta especie de liberación tiene sus beneficios y puede contribuir a continuar perdiendo peso.
Es decir, tener un día libre en tu dieta permite que el cuerpo no se acostumbre a una alimentación totalmente hipocalórica y restrictiva, lo que significa que el cuerpo no actuará como en épocas de hambruna y por lo tanto, no limitará el gasto calórico al mínimo para ahorrar sus reservas.
Además, en ciertos individuos, una dieta cuyas pautas son muy restrictivas puede desencadenar un atracón no patológico, es decir, la ingesta de grandes cantidades de alimentos debido a la sensación constante de privación.
Por otro lado, en ese día libre usted puede disfrutar de un evento social en el cual la comida, por supuesto, no es tan limitada en calorías como lo es en su casa y bajo su gobierno. Por lo tanto, tener un día libre puede contribuir a una mayor adherencia al plan de adelgazamiento.
En el otro lado de la cuestión se encuentran sus contra, pues no todo es color de rosa y en realidad, lo que aquí debe reformularse es la palabra dieta y su día libre como si éste último término fuera el premio por haber hecho bien las cosas durante la semana, por ejemplo.
Como ya hemos dicho, las dietas muy restrictivas e hipocalóricas, relentizan el metabolismo, resultan poco duraderas en el tiempo y suelen generar un efecto rebote importante, por lo tanto en estos casos, el día libre tampoco tendría mayores benficios.
Entonces, la clave está en llevar una dieta que incuya hábitos saludables, donde prime la moderación que favorezca una alimentación equilibrada, ya que de esta forma, no nos sentiremos preso de la "dieta" y no sentiremos la necesidad de romper prohibiciones mediante una liberación.
Es decir, en el marco de una dieta sana, existen eventos sociales, y días en los cuales las calorías ingeridas se incrementan sustancialmente, por lo tanto, debe entenderse a la dieta de pérdida de peso como un cambio paulatino que modifica de a poco nuestros hábitos para que éstos puedan sostenerse a lo largo de nuestra vida y protejan nuestra salud siempre.
De lo contrario, viendo la dieta como algo temporal para lograr sólo el objetivo de perder peso, nunca podremos cuidar verdaderamente la salud y mantener el peso logrado en el tiempo.
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