A dieta desde los dos años


No hay duda alguna que los padres siempre actúan de buena voluntad para con sus hijos, pero muchas veces sin darse cuenta, pueden perjudicar en lugar de beneficiar. Ese es el caso de los padres con hábitos obesogénicos o el caso de esta mujer con sobrepeso que puso a su hija a dieta desde los dos años de edad.

Como sus deseos eran que su hija no creciera con exceso de peso y se pareciera a ella, desde que la pequeña tenía sólo 2 años de edad, es sometida a una restrictiva dieta que en la actualidad, sólo aporta 700 calorías, algo muy por debajo de las recomendación para una niña de 8 años de edad.

La madre, por su lado, señala que cuando la niña duerme tiene grandes atracones de comida chatarra que después la hacen sentir culpable. Pero se alegra de haber “entrenado” a su hija para que sea feliz y no gorda y fea como se percibe ella frente al espejo.

Según la madre: “de un trastorno alimentario se puede salir con terapia, pero cuando se es gordo, se lo es de por vida”.

En primer lugar creo que esta es muestra clara de lo que pasa en muchas familias. Aunque no siempre llegamos a este extremo, por no resolver nuestro propio problema de conducta alimentaria, lo trasladamos a nuestros hijos.

La obesidad, como la anorexia o la bulimia, es un trastorno alimentario del cual se puede salir. En este caso, una madre con obesidad terminará causando un grave problema de salud en su hija, porque aunque la pequeña sólo tenga 5 kilos menos de lo que debería, el impacto psicológico deja huellas de por vida.

Lo que debemos plantearnos es lo siguiente: ¿no debo cambiar primero yo para después imponer un cambio en otros? ¿no será más saludable para ambas (madre e hija) predicar con el ejemplo?.

Sin duda esta madre no ha sido asesorada por profesionales de la salud y sus decisiones son producto de su complejo trastorno alimentario.

Vía | Diet-blog
En Vitónica | Los niños: ¿deben hacer dieta para adelgazar?
Imagen | [nivs]

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