La enfermedad de Parkinson es, por desgracia, una de las más presentes en la sociedad. Se trata de un trastorno neurodegenerativo crónico que conduce a una incapacidad progresiva. Suele presentarse en personas maduras y en ambos sexos, aunque también puede darse en personas más jóvenes. El tratamiento de esta enfermedad se dirige a mejorar la calidad de vida del paciente.
El tratamiento del párkinson tiene distintas vertientes, entre ellas la farmacológica: se administran al paciente diversas medicinas por vía oral que pueden mejorar su estado (pero no detener la progresión de la enfermedad). La rehabilitación y actividad física diaria son una de las partes más importantes del tratamiento para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
¿Qué le ocurre a un enfermo de párkinson?
Los enfermos de párkinson presentan siempre, en el momento de la diagnosis, alguna de estas características motoras:
- Temblor cuando se encuentran en reposo: evoluciona de unilateral (sólo en un lado del cuerpo) a bilateral (en ambos lados).
- Rigidez en la musculatura: falta de flexibilidad.
- Lentitud en los movimientos (bradicinesia): los músculos no se activan lo suficiente en el momento en que tienen que hacerlo. Se presenta más lentitud al iniciar y terminar dichos movimientos. También puede presentarse acinesia o falta de movimientos espontáneos, y discinesia o aparición de movimientos involuntarios.
- Pérdida de reflejos posturales: sobre todo puede notarse en la inclinación excesiva del tronco y de la cabeza hacia delante. La flexión constante de rodillas, cadera y codos además produce fatiga muscular.
¿Cómo ayuda la actividad física a un paciente con párkinson?
Por supuesto, la rehabilitación de un paciente de párkinson debe llevarla a cabo un profesional cualificado, pudiendo ser lo más adecuado la combinación de un fisioterapeuta y un entrenador personal capacitado específicamente.
La potenciación de la actividad muscular, siempre adecuándose al paciente, por medio de ejercicios de movilidad y estiramientos será muy beneficioso para conservar el tono muscular y el rango de movimiento de las articulaciones. Es conveniente en este caso los ejercicios con bandas elásticas.
Además, los ejercicios de equilibrio como caminar sobre una línea recta, y de coordinación como los lanzamientos de pelota a una o dos manos y la coordinación bi-manual también son importantes para el paciente.
La mejora de la postura puede lograrse con ejercicios de realineación postural y de respiración: el paciente debe ser siempre muy consciente de su propio cuerpo y debe trabajar la propiocepción (conocimiento de dónde se encuentra cada segmento del cuerpo en el espacio).
Problemas al caminar en pacientes con párkinson
Uno de los trastornos más característicos de los enfermos de párkinson es el relacionado con la marcha y el equilibrio: estos trastornos son peligrosos en cuanto pueden ser los causantes de caídas y sus posteriores consecuencias. La mejora de la marcha constituirá una gran mejora en la calidad de vida del paciente de párkinson, manteniéndole independiente y autónomo.
Para mejorar la marcha, se realizarán ejercicios como marcha con paradas, cambios de dirección (es una de las situaciones que más suele afectar a pacientes de párkinson), rotaciones del tronco para facilitar estos cambios de dirección, mejora del balanceo de brazos (que suele perderse), etc.
La actividad física y la vida cotidiana en los enfermos de párkinson
Con la idea de mejorar la calidad de vida de los pacientes con párkinson una parte importante de la rehabilitación consistirá también en facilitar los movimientos que realizamos en la vida cotidiana y que pueden suponer una dificultad para ellos debido a la rigidez muscular.
Situaciones que nos pueden parecer sencillas como levantarnos de una silla o de la cama no lo son tanto para los pacientes de párkinson, por lo que la recreación de estas circunstancias y su solución durante el entrenamiento ayudarán a que el paciente sea más autónomo y no requiera ayuda.
Aprender a caerse de forma segura (con las manos por delante del cuerpo) y a levantarse del suelo también es importante en pacientes de párkinson. Como hemos dicho, la falta de equilibrio , los problemas en la marcha y las descompensaciones posturales pueden llevar a caídas.
Los puntos clave de la actividad física para pacientes de párkinson:
- Movilización de las articulaciones
- Ejercicios de equilibrio, propiocepción y coordinación
- Mejora de la fuerza muscular
- Mejora de la postura corporal y de la respiración
- Ejercicios dirigidos a mejorar la marcha
- Ejercicios dirigidos a mantenerse autónomos en la vida cotidiana
Más información | Federación Española de Párkinson
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