En ocasiones anteriores hemos hablado de la psoriasis, una patología crónica de la piel que afecta a más de un millón y medio de personas en España. Entre las enfermedades o complicaciones asociadas a esta patología se encuentra la artritis psoriásica: una enfermedad inflamatoria también crónica que afecta a entre el 10 y el 30% de los afectados por psoriasis.
Actualmente la artritis psoriásica no tiene cura, pero con el tratamiento adecuado (que incluye un estilo de vida saludable en el que la dieta sana y la actividad física son muy beneficiosos) y un diagnóstico precoz, la calidad de vida del paciente puede mejorar mucho.
Te contamos todo lo que tienes que saber sobre la artritis psoriásica para entender esta enfermedad, y cómo el movimiento y la actividad física son los grandes aliados en su tratamiento.
Qué es la artritis psoriásica
La artritis psoriásica, como decíamos, es una enfermedad crónica que puede aparecer en los pacientes de psoriasis, que supone la inflamación de las articulaciones y que puede llegar a ser incapacitante en caso de que no se trate correctamente o de que el tratamiento se demore en el tiempo.
La artritis psoriásica tiene una igual incidencia en hombres y en mujeres (50%-50%) y tiene una serie de comorbilidades asociadas: los pacientes de artritis psoriásica pueden llegar a tener el doble de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y tienen un mayor riesgo de sufrir hipertensión e hiperlipemia (niveles elevados de los lípidos en la sangre). De hecho, una de las causas de muerte más importantes en los pacientes de artritis psoriásica es la enfermedad cardiovascular.
Generalmente la artritis psoriásica suele aparecer después de que aparezca la psoriasis, aunque en algunos casos pueden aparecer a la vez. A diferencia de otros tipos de artritis, como la artritis reumatoide, la artritis psoriásica suele comenzar solamente en una articulación y se va extendiendo. Esto tiene su lado bueno, porque no tiene un inicio explosivo, pero también su parte mala porque a menudo, al tratarse solo de una articulación, no se le da la importancia que merece y esto hace que el tratamiento comience más tarde.
La importancia de un tratamiento multidisciplinar y de un diagnóstico precoz
El dignóstico precoz es clave en el caso de la artritis psoriásica ya que, como hemos dicho, puede llegar a ser una patología incapacitante y las posibilidades de que esto ocurra se multiplican si el tratamiento se demora en el tiempo. Para poder realizar un diagnóstico certero se requiere el trabajo conjunto de todos los profesionales implicados en la detección y tratamiento de esta patología: dermatólogos, reumatólogos y médicos de cabecera.
La artritis psoriásica es una patología que puede afectar a la calidad de vida del paciente, que debe aceptar una nueva realidad en su día a día: más del 60% de los pacientes afirman que se trata de una patología que hace que cueste más relacionarse con su entorno y con sus compañeros de trabajo. El momento de hacer la enfermedad visible ante diferentes colectivos puede ser difícil, sobre todo debido al desconocimiento de la misma.
Es importante que los pacientes de artritis psoriásica sigan el tratamiento recetado por su médico: aunque se trate de una enfermedad crónica y para la que no hay cura en la actualidad, sí que hay tratamientos efectivos que pueden remitir las molestias y mejorar la calidad de vida de los pacientes, que es la finalidad del tratamiento.
En este contexto es de gran importancia tanto el ejercicio físico como la actividad física diaria.
El movimiento y el ejercicio físico en el tratamiento de la artritis psoriásica
La semana pasada pudimos asistir al evento 'Muévete más allá de la artritis psoriásica', organizado por la asociación Acción Psoriasis, la Coordinadora Nacional de Artritis (Conartritis) y Lilly, donde se insistió en la importancia del ejercicio físico, concretamente de actividades cuerpo-mente como el yoga, para mejorar la calidad de vida de los pacientes de artritis psoriásica.
En el contexto de la artritis psoriásica, el ejercicio físico es un componente importante del tratamiento global, ya que puede ayudar a mejorar la rigidez de las articulaciones causada por la artritis y a aumentar su rango de movilidad. El Yoga puede ayudarnos tanto a mejorar nuestra movilidad como a relajarnos y a alejarnos del estrés diario, aumentando así nuestra calidad de vida.
Evidentemente, ni el Yoga ni otro tipo de ejercicio o actividad cuerpo-mente por sí misma puede curar esta ni ninguna enfermedad, pero sí pueden jugar a favor de mejorar la calidad de vida de los pacientes que las sufren.
Imágenes | iStock, Pixabay
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