Con el comienzo de la pandemia desde los colegios y asociaciones de psicólogos se empezó a advertir del posible aumento de casos de ansiedad. La situación de incertidumbre provocada por la COVID-19, el miedo a la enfermedad y el confinamiento podían afectar a estos niveles.
Sin embargo, con el paso de los meses, y una vez superado el confinamiento, no parece que estos niveles de ansiedad hayan ido en disminución, sino en aumento. Durante estos meses nos hemos enfrentado a muchos cambios en nuestra forma de vida y la incertidumbre sigue estando muy presente. Es por ello que los problemas de salud mental están sufriendo un gran impacto.
Así han aumentado los niveles de ansiedad, depresión y estrés postraumático
La incidencia de los problemas de salud mental como la ansiedad han ido aumentando de manera importante en los últimos años. Las investigaciones señalan que alrededor del 10% de la población sufría ansiedad antes de la pandemia, mientras que alrededor de 300 millones de personas padecen depresión, según los datos de la OMS.
Pero la pandemia y las consecuencias de la crisis sanitaria parecen haber impactado directamente en estas cifras en nuestro país. La Universidad Complutense de Madrid presentó en julio la primera investigación preliminar en la que se evaluaba el impacto psicológico que la crisis sanitaria por causa de la COVID habían tenido en España.
En esta investigación analizaron los datos de salud mental a partir del 14 de marzo. Para ello, analizaron una muestra de 3.480 personas de la cual un 21,6% mostraba síntomas de ansiedad, mientras que el 18,7% presentaba síntomas de depresión y un 15,8% de estrés postraumático.
En esta misma línea, un informe de la consultora Affor encuentra que el 42% de la población muestra síntomas de ansiedad. El doctor Vicente Gasull, médico de familia y coordinador del grupo de salud mental SEMERGEN indicaba en una charla virtual organizada por Schwabe Farma Ibérica que algunas estimaciones señalaban que el 65% de la población española está presentando síntomas de ansiedad, mientras que los informes más recientes del Teléfono de la Esperanza señalan que las llamadas a este teléfono aumentaron en un 50% entre el 13 de marzo y el 21 de junio.
Cuáles han sido las causas relacionadas con este aumento en los índices de salud mental
Los datos recabados tanto por el Teléfono de la Esperanza como por la Universidad Complutense señalan causas comunes, relacionadas todas ellas con la COVID-19.
Soledad, miedo al contagio y al paro eran las principales causas
La investigación realizada por la Universidad Complutense de Madrid encontraba que la percepción de soledad era el mejor predictor de los síntomas depresivos. En general, aquellas personas que se sentían más solas, durante esta crisis sanitaria, presentaban un mayor riesgo de padecer depresión, ansiedad o trastornos de estrés postraumático.
Los datos recabados por el Teléfono de la Esperanza señalan en la misma dirección: la soledad percibida era una de las principales causas por las que los usuarios llamaban a dicho teléfono. Pero esta no era la única causa. El miedo a sufrir un contagio de COVID-19 y las posibles consecuencias, así como el miedo a contagiar a otras personas fueron otra de las principales causas que se describían en dichas llamadas.
Así mismo, la situación económica derivada de la crisis sanitaria, y los posibles efectos que esta pueda tener en la vida laboral y economía particular se mostraba como una de las principales causas de ansiedad entre los usuarios de este servicio.
El doctor Vicente Gasull señalaba que las particularidades concretas de esta crisis sanitaria están generando mucha incertidumbre e influyendo directamente en nuestros niveles de ansiedad: "tiene la particularidad de ser muy reciente, no sabemos su evolución, tenemos desconocimiento sobre las vacunas que vayan a crearse, la repercusión económica genera muchas dudas, el aislamiento y el temor a vernos afectados por las personas que nos rodean también influye. Todo esto genera incertidumbre que lleva a la angustia y a la ansiedad".
Además de esto, el informe de la Universidad Complutense señalaba que tener un historial previo de salud mental, presentar síntomas relacionados con la COVID-19 o un familiar infectado aumentaban el riesgo de presentar síntomas de ansiedad.
Los adultos mayores y el personal sanitario son la población más afectada
Los datos recabados en la charla ofrecida por Schwabe Farma indicaban que alrededor del 80% del personal sanitario está presentando síntomas de ansiedad. En este sentido, el doctor Vicente Gasull indicaba: "en consulta lo que más frecuentemente vemos son los trastornos de estrés postraumático – sobre todo en los profesionales sanitarios y las personas que han tenido la enfermedad -, pero también aumentos de ansiedad, depresión, insomnio, etc".
Por su parte, el informe realizado por el Teléfono de la Esperanza señala que los adultos mayores, así como las personas anteriormente vulnerables a sufrir problemas de salud mental como ansiedad y depresión, eran las personas que en más ocasiones habían hecho uso del servicio.
El doctor Gasull indicaba algo similar: "las personas más vulnerables han sido los ancianos por la sensación de aislamiento, el miedo a no tener tratamiento, y el exceso de información negativa recibida". En cualquier caso, el doctor también señalaba directamente a otras poblaciones: "también los enfermos crónicos ya que su estado aumenta la incertidumbre así como los inmigrantes y la población desfavorecida".
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