El verano es una época en la que los dolores de oído son frecuentes en muchas personas. Se trata de una sensación molesta que en numerosas ocasiones encierra detrás otros problemas mayores que a los que debemos poner remedio. Pero no son algo que se pueda remediar, y por ello simplemente nos bastará con seguir una serie de consejos.
El calor, los baños en la playa y en la piscina, los cambios de presión por los viajes… son algunos de los factores que desencadenan en nosotros un dolor de oído. Los síntomas de este malestar suelen ser pinchazos, infección, dolor de cabeza, pus, enrojecimientos y hasta pérdida de audición. Este problema tiene muchos grados, y existen casos de infecciones de oído leves y otros mucho más serios que pueden desencadenar en algo peor. Por ello es importante saber evitar que éstas se produzcan.
Los motivos que causan una infección de oído pueden ser diversos. Uno de los más habituales es la acumulación de cerumen en las paredes del oído. Esto lo que hace es crear tapones que a la larga acaban por molestar y derivar en dolores. Otra causa es la infección por hongos o bacterias, ruidos muy fuertes, cambios de presión, perforación de tímpano, algunos elementos o sustancias químicas que afectan de forma negativa a nuestros oídos…
Todas las causas descritas anteriormente pueden acabar por desencadenar una infección de oído, por ello es importante que nosotros nos adelantemos y sepamos poner el remedio antes de que nos suceda esto. Por ello es fundamental adoptar una serie de medidas y más en los meses de verano en los que los abusos suelen ser mayores.
Antes de nada es primordial mantener una buena higiene en los oídos. Es importante mantenerlos limpios y secos para evitar la proliferación de hongos y bacterias. Pero a la hora de realizar estas limpiezas debemos evitar el uso de objetos que se introducen dentro del oído y pueden llegar a dañar el tímpano. Por esto debemos evitar utilizar bastoncillos o cualquier objeto que puede dañar las paredes que conforman el orificio auditivo.
En verano solemos pasar mucho tiempo en el agua. La piscina y la playa son un buen atractivo, pero la presión del agua puede hacer mucho mal a los oídos, al igual que la propia agua, que puede llegar a infectar. Para evitar que esto suceda, y sobre todo si tenemos predisposición a padecer infecciones auditivas, debemos utilizar tapones que nos ayudarán a mantener una correcta higiene en los oídos.
Lo mismo sucede cuando utilizamos productos químicos para limpiar los oídos. Es importante que tengamos especial cuidado con lo que nos aplicamos para evitar que el oído reaccione contra esta sustancia a través de una infección. Por ello es importante que sepamos en todo momento lo que nos aplicamos en el oído. Junto a esto la presión y la altitud de vuelos y demás desplazamientos pueden hacer mucho daño a la salud de los oídos, ya que estos cambios repentinos pueden inflamar el oído y hacer que nos duela. Si esto sucede, simplemente debemos esperar a que se acostumbren los oídos a la presión, nunca hay que desentaponarlos con técnicas que hacen más mal que bien a nuestros oídos.
Imagen | djeyewater
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