Contaminación acústica, más que una molestia

Los que vivimos en grandes ciudades estamos acostumbrados, vivimos entre cláxones, obras, música, ruidos ensordecedores… pero más de la mitad de los españoles admite sufrir ruidos por encima de los umbrales aconsejables y que producen alteraciones en su salud.

Estos ruidos y variaciones llegan a producir insomnio, ansiedad, falta de concentración o de comprensión, irritabilidad, estrés y debilitamiento del sistema inmunológico entre otras muchas alteraciones a causa de la conocida como contaminación ambiental.

Según un reciente estudio, España es el segundo país más ruidoso del mundo tras Japón, y es que incluso a la hora de expresarnos, los españoles solemos elevar el tono de voz más allá de lo necesario, un rasgo de nuestro latinismo que poco a poco se va desterrando.

Los coches, las obras y el ruido producido por el ocio nocturno, son los más atacados y temidos por los ciudadanos, que los sitúan en el ojo del huracán y como causantes de sus problemas.

Siendo más científicos, los estudios han demostrado que el ruido no produce enfermedad alguna, pero provoca que el cuerpo aumente la producción de adrenalina y otras hormonas, lo que eleva el estrés y debilita el sistema inmunitario, por lo que aumenta la probabilidad de enfermedades, entre ellas los infartos de miocardio.

Por eso es conveniente cuidarnos también en el aspecto acústico, que sin embargo se deja un poco de lado por parte de los ciudadanos que no tienen entre sus prioridades tomar medidas en sus viviendas para reducir los niveles de ruido.

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