Cada 15 de febrero se celebra, de manera internacional, el Día Internacional del Cáncer Infantil. Esta enfermedad afecta, en todo el mundo, a alrededor de 400.000 niños y, solo en nuestro país, se diagnostican alrededor de 1.100 casos al año en menores de 18 años.
Por ello, conseguir un alto ratio de cura es extremadamente importante. No es de extrañar, por tanto, que el lema de la OMS este 2022 sea "Lograr la curación del cáncer infantil es posible". La idea es concienciar en la importancia y necesidad de que todos los niños afectados tengan acceso tanto a un diagnóstico rápido y correcto, como a un tratamiento adecuado.
Esto es especialmente relevante ya que la tasa de cura en los países desarrollados es mucho más alta que en países con peores condiciones socioeconómicas. Sin ir más lejos, en España la curación del cáncer infantil ronda el 81% a los cinco años en menores de 14 años. Sin embargo, en algunos países con ingresos medianos y bajos esta tasa de curación baja al 20% según datos de la OMS.
De ahí que se haya puesto en marcha la iniciativa ‘Cure All: Iniciativa Mundial sobre el Cáncer Infantil’ con la intención de conseguir una curación, a nivel mundial, del 60% de 2030. Para ello, no solo la investigación es clave, sino que se pretende conseguir un mayor compromiso político, así como la creación de centros oncológicos que mejoren y aceleren el diagnóstico, mayor y mejor acceso a la medicación y tecnologías de tratamiento actualizadas y proteger a las familias de las dificultades económicas que pueden derivar del tratamiento.
La Asociación Española de Pediatría reclama mayor formación específica
Por su parte, siguiendo esta misma línea, en nuestro país, la Asociación Española de Pediatría ha lanzado un comunicado en el que solicita una formación específica para poder afrontar los cánceres en la infancia, para los pediatras y oncólogos que hayan finalizado su formación en Pediatría.
Concretamente, solicitan formación en genética molecular oncológica, trasplante de progenitores hematopoyéticos, terapias avanzadas, en investigación (ensayo clínicos I-III) y en medicina personalizada. Y es que, hasta ahora, la formación en Oncología y Hematología pediátrica en España no ha estado reglada ni reconocida oficialmente.
Esta formación específica, reglada, no solo aseguraría que se cubrieran adecuadamente las plazas de pediatras especialistas, sino que aseguraría que los niños enfermos de cáncer tuvieran una atención mutidisciplinar con conocimiento específicos.
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