La dieta que llevamos los primeros años de vida resulta determinante para los hábitos y salud posterior en nuestra vida. Y si bien la enfermedad celíaca tiene un gran componente genético, un estudio prospectivo realizado con cerca de 2000 niños señala que una dieta rica en vegetales y granos, reducida en cereales refinados, se asocia a menor incidencia de enfermedad celíaca.
Dieta de calidad podría reducir la presencia de celiaquía
El estudio en cuestión publicado en la revista Gastroenterology evaluó a los niños tras el destete o alimentación complementaria durante casi cuatro años, registrando los alimentos consumidos y datos de laboratorio que señalan la autoinmunidad de la enfermedad celíaca.
Después de establecer correlaciones se concluyó que quienes llevaban un patrón de alimentación saludable y considerado por el estudio como "prudente", rico en vegetales, pastas, arroz y aceites vegetales, con una ingesta moderada de pescado, legumbres y carne, y bajo consumo de azúcar, cereales refinados y confituras, tenían menores probabilidades de autoinmunidad a la enfermedad celíaca.
Por el contrario, el patrón de bocadillos y alimentos procesados rico en productos y bajo en frutas así como en cereales integrales se asoció con mayor probabilidad de presentar autoinmunidad celíaca, aunque no resultó significativo desde el punto de vista estadístico.
Todo esto nos lleva a pensar que más allá de la genética algunos hábitos alimentarios en los primeros años de vida pueden influir en la posibilidad de desarrollar enfermedad celíaca después.
La clave para prevenir esta y otras enfermedades es llevar una dieta rica en alimentos frescos como son frutas, verduras, legumbres, granos enteros y fuentes de grasas buenas y proteínas de calidad, limitando al máximo los procesados y ultraprocesados que ofrecen azúcares libres, harinas refinadas y grasas de mala calidad.
Imagen | Pixabay
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