El corazón de la mujer embarazada

El embarazo es un momento especial en la vida de la mujer, pero no solo es un momento a tener en cuenta desde el punto de vista psicológico, sino que además debemos tener presente que gestar una nueva criatura conlleva una serie de cambios en el cuerpo. Uno de los cambios más significativos que vamos a tener en cuenta en este post es el trabajo extra que tiene el corazón. Esto vamos a verlo detenidamente, ya que es necesario que lo tengamos en cuenta y pongamos las precauciones adecuadas para evitar problemas que pueden derivarse de esta situación.

Cuando una mujer está embaraza dentro de su organismo se producen una serie de cambios para alojar al nuevo ser vivo que se va a desarrollar en su vientre. Además de aumentar el tamaño de caderas, vientre y pechos, el corazón aumenta su ritmo habitual, ya que debe bombear más cantidad de sangre, pues el nuevo ser humano necesitará riego sanguíneo suficiente para poder desarrollarse con total normalidad. Por ello el corazón de la mujer aumenta su actividad normal, algo que debemos saber y tener en cuenta.

Al aumentar el riego sanguíneo en el cuerpo de la mujer es el corazón el que tiene que adaptarse a este cambio, para ello lo que hace es bombear más sangre, aumentar su actividad, y con ello hacer que el ritmo cardiaco y la presión arterial también aumenten enormemente. Concretamente debemos tener claro que las pulsaciones en reposo aumentarán casi diez por minuto, con lo que ello supone de trabajo extra para el corazón. Por este motivo es necesario que las mujeres embarazas tomen una serie de medidas al respecto para facilitar la tarea a este órgano.

Medidas para ayudar al corazón durante el embarazo

En primer lugar lo que deben hacer es controlar la tensión arterial, ya que existen mujeres que por naturaleza tienen la tensión alta de manera habitual, por este motivo es necesario que se pongan en manos de su médico para estar controladas en todo momento y así evitar posibles complicaciones derivadas de este hecho.

Para conseguir mantener unos niveles de tensión adecuados una mujer embarazada debe mantener una vida tranquila en la que el estrés esté fuera. La relajación es esencial, y por ello es recomendable la realización de actividades tranquilas en las que eliminemos el estrés. Practicar deporte es una buena manera de mantenernos en forma y aliviar tensiones, y así evitar el aumento de la presión cardiaca de manera innecesaria.

Reducir el consumo de sal es otra medida que podemos tomar para mejorar la circulación de la sangre y evitar el aumento de la presión sanguínea. Es importante que evitemos los excesos y entre ellos entra la disminución de la sal, pero también hay que tener en cuenta la reducción de la ingesta de grasas saturadas y colesterol, así como sustancias excitantes como el café, el té, el tabaco o el alcohol, que además tienen otra serie de efectos en el feto, además del riesgo que conllevan para la salud de la madre.

Posibles consecuencias

Muchas veces este aumento de la presión arterial durante el embarazo provoca algunas arritmias que desaparecen a la vez que se termina el periodo de gestación. En cambio otras muchas se mantienen para siempre en muchas mujeres. Por este motivo es necesario que desde el principio del embarazo esté controlada la mujer para que nunca queden secuelas, aunque no es lo habitual, ya que el organismo recupera su estado normal y su funcionamiento correcto.

Imagen | maria paz vargas

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