La salud del corazón es algo que tenemos presente y por ello adaptamos nuestros hábitos para contribuir a mantener una buena salud cardiaca a toda costa. Pero a pesar de cuidar nuestra alimentación y mantener unos hábitos deportivos saludables en los que la actividad aeróbica está presente, hay muchos aspectos que nos pasamos por alto y que también pueden acabar por afectar a nuestra salud cardiaca. Un punto en el que nunca reparamos y que debemos tener en cuenta es el exceso de ruido, ya que puede ser muy nocivo para el organismo.
Habitualmente estamos rodeados de ruido en nuestro día a día, y es que en el trabajo, en la calle, en casa... decibelios y decibelios de sonido nos asedian contribuyendo a crear en nosotros una sensación de malestar que puede acabar por pasarnos factura a la larga, y es que este exceso de sonido puede ser un enemigo silencioso del corazón, ya que a fuerza de tiempo conseguirá aumentar nuestra tensión, el ritmo cardiaco, provocando úlceras gástricas, estrés y una ristra más de problemas.
El exceso de ruido es un enemigo silencioso, y es que la exposición constante a decenas de decibelios de sonido lo que causa en nosotros es un ataque directo a nuestros nervios, pues genera estés y ansiedad que repercute directamente en nuestra salud cardiaca. Estos desajustes generan en nosotros una serie de trastornos del sueño, alterando nuestro comportamiento y consiguiendo así no solo que nuestro corazón no descanse como es debido, sino que además lo sometamos a una actividad superior al mantenerlo en constante alerta.
Pero no solo la cosa se queda ahí, sino que la exposición constante a un ruido demasiado elevado hace que nuestra tensión arterial aumente, se acelere el ritmo respiratorio y con ello la actividad pulmonar, y además puede llegar a producir arteriosclerosis. Por ello es recomendable que tengamos más en cuenta el ruido a la hora de proteger nuestra salud, y es que puede ser sin que nos demos cuenta uno de los principales enemigos de nuestra vida cotidiana.
Para evitar que nos afecte negativamente es necesario que tomemos medidas y pongamos los medios necesarios para disminuir esa exposición continuada a decibelios y decibelios de sonido negativos para nuestro organismo. Algunas de las armas son las orejeras y los tapones que impiden la entrada del sonido en el cuerpo.
Vía | Consumer Imagen | CMSeter
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