En un estudio realizado en personas que habían sufrido anorexia y se habían recuperado, se ha detectado que el cerebro de las personas que han padecido anorexia responde de manera diferente a la sensación de hambre, en el sentido de que no se activan los mecanismos cerebrales para motivar la ingesta de alimento.
El estudio ha sido publicado en la revista Biological Psychiatry (acceso al abstract en inglés) y obtuvo como conclusión que las mujeres participantes en el estudio que habían padecido anorexia tenian diferente respuesta a la sensación de hambre, pues no se activaban los mecanismos de recompensa cerebral que estimulan a tomar alimento.
La muestra es verdad que es pequeña, pues solo fueron 23 mujeres que habían superado un problema de anorexia nerviosa frente a otras 17 mujeres que nunca sufrieron trastornos de este tipo.
Se estudiaron las respuestas cerebrales relacionadas con hambre y saciedad, observando los investigadores que en las personas que habían sufrido anorexia, había una respuesta menor en relación a la recompensa percibida por la comida, incluso cuando tenían hambre, mientras que las mujeres sanas tenían una mayor sensibilidad a las recompensas.
Está claro que la anorexia nerviosa es un problema muy relacionado con el funcionamiento del cerebro, por ello conocer más datos sobre sus particularidades puede ser un avance para conseguir medidas para prevenir y tratar este y otros trastornos alimentarios.
Podéis encontrar más información sobre este estudio comentada en español en este enlace de Investigación y Ciencia.
Imagen | Wikimedia Commons
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