Hace poco saltaba a la palestra en todos los noticiarios: “Un hombre es ‘cazado’ borracho, sin haber bebido. La culpa la tiene su cuerpo, que genera alcohol de manera natural y no le permite estar sobrio”.
Bueno, sin ánimo de ser amarillistas, el caso es real. Y también tiene su explicación. Pero la borrachera no se la debe a su cuerpo, obviamente. No existen "ningún gen" para generar alcohol. Pero sí que existe una cosa llamada invasión por Sacharomices. ¿Cómo ha ocurrido?
El extraño caso del cuerpo que fabricaba alcohol
Cuando lo detuvieron, la policía no se creía que este hombre de 46 años no hubiera tomado ni una gota en las horas previas. Por descontado, los análisis posteriores no dejaron lugar a dudas de que este señor mentía. Pero no mentía, ni mucho menos. ¿Cómo puede marcar una persona 0,2 de alcohol sin haber bebido?
La razón ha dado para describir un curioso caso clínico denominado "síndrome de la autocervería". Y podría no ser el único del mundo, precisamente. Según algunos autores, este rarísimo síndrome podría darse de forma más común de lo que pensamos.
Pero dejemos una cosa clara: no es el cuerpo de las personas el que fabrica el alcohol, sino un simbionte presente en el estómago. Recordemos que nuestro cuerpo está lleno de microorganismos que viven con nosotros. El la microbiota, incluyendo la microbiota intestinal.
Cuando a esta microbiota se le une Sacharomyces cerevisiae, la cosa se vuelve extraña. Esta levadura es conocida porque es imprescindible para hacer pan, vino y cerveza. Su metabolismo hace que fermenten los azúcares presentes en el medio, generando dióxido de carbono y etanol (alcohol). Esto es lo que ocurre, básicamente, en el cuerpo de estas personas.
Infección por levadura (de la cerveza)
Lo que se descubrió con este hombre, y probablemente ocurra en otras personas, es que la levadura llega a colonizar el intestino de forma eficiente, desplazando o mezclándose a la perfección con otros organismos de la microbiota intestinal. Existen numerosos casos de este tipo de infección identificados en la literatura.
Pero menos son aquellos que, a partir de la colonización, provocan la formación de alcohol en el intestino. Básicamente, los azúcares procedentes de la digestión son empleados por Sacharomyces para fermentarlos y convertirlos en alcohol. Esto podría ocurrirle a cualquier persona que tenga esta especie entre los miembros de su microbiota.
Sin embargo, ante una infección aguda, la cantidad de etanol producida podría ser significativa y provocar un problema. El alcohol se absorbe rápidamente por las mucosas, como las que presentan las microvellosidades intestinales.
¿Qué le pasará a este hombre?
Pongámonos en el primer supuesto: si el hombre continúa con su infección de Sacharomyces lo va a pasar mal. Esta levadura no es peligrosa para la persona, pero cada vez que hayan azúcares sueltos en su digestivo sufrirá de gases, debido al CO2, y de un autoemborrachamiento imprevisto. El alcohol, como ya hemos dicho en muchas ocasiones, es malo para la salud en cualquier cantidad.
Esto también incluye el producido de forma natural por nuestro hospedador. Es más, también presenta otra serie de problemas: esta sustancia provoca una pérdida de microbiota por la muerte de los microorganismo (el alcohol es un biocida bastante eficiente) lo que puede desestabilizar el microbioma.
Pero la cuestión va más allá de la salud de la microbiota y el efecto sobre nuestro cuerpo. También está en nuestro comportamiento. Emborracharnos de forma inesperada, por ejemplo cuando realizamos una actividad peligrosa, puede suponer un problema grave. Sí, ya ha ocurrido, como en este caso en el que un camión volcó por culpa de que su conductor sufría este síndrome autocervecero.
¿Se puede curar?
Esto nos lleva a la siguiente cuestión: vivir en una constante borrachera tiene que ser un infierno. ¿Se puede hacer algo al respecto? Por supuesto. O, al menos, eso tratan de hacer los médicos. Para eliminar la infección de Sacharomyces se puede trabajar con especies probióticas que equilibren el exceso de microorganismos o con antibióticos que ayuden a controlar la infección.
Por el momento, existen muy pocas investigaciones sobre el síndrome en sí mismo. Se conocen muchos detalles de la infección por Sacharomyces porque no solo ocurre a nivel intestinal, sino que puede darse en otras partes del cuerpo. Por esta razón, hay varias aproximaciones para controlar la infección.
No obstante, hacerlo en el sistema digestivo es más difícil y no todo lo que sabemos funciona de la misma manera. Habrá que seguir investigando para entender cómo funciona eso de ser una destilería con patas. Especialmente porque, aunque suene a broma, en realidad, puede tener consecuencias muy desagradables para quien lo padece.
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