Lo que hay detrás de las principales causas de obesidad

Cuando hablamos de exceso de peso es claro que el detonante de esta situación es un balance energético positivo, ocasionado por un gasto calórico reducido y/o una ingesta energética elevada. Sin embargo, detrás de estas situaciones que son las principales causas de obesidad, podemos encontrar muchos factores que contribuyen al progresivo aumento de peso y de grasas en el organismo.

Lo que hay detrás de una ingesta calórica elevada

Para que lleguemos a tener un consumo calórico excesivo a largo plazo, que promueva el aumento de peso, existen diferentes factores detonantes. Entre ellos:

  • Alimentación emocional que nos incentiva a comer aun sin hambre. Por ejemplo, en respuesta al estrés, a la tristeza, al enojo, al aburrimiento, entre otros y que por ello, debemos aprender a controlar.
  • Saciedad retardada que puede estar dado por factores internos a causa de alteraciones metabólicas o bien, puede ser producto de costumbres y hábitos que no nos ayudan a conciliar la misma y detener el consumo. Para revertirlo podemos masticar más, elegir alimentos saciantes y también, comer despacio.
  • Trastornos alimentarios como por ejemplo, ser un comedor compulsivo o sufrir de trastornos por atracones que incentiva un consumo calórico elevado. También puede ser causa de sufrir el síndrome del comedor nocturno.


Además de estos factores que se encuentran detrás de una de las principales causas de obesidad como es la ingesta calórica excesiva, podemos encontrar otros condicionantes como el estrés, la publicidad y los estímulos alimentarios que nos rodean, entre otros que contribuyen a que comamos mal y en mayor cantidad.

Lo que hay detrás del menor gasto calórico

Así como hay factores que nos conducen a comer en exceso y lograr una ingesta calórica elevada, hay otros que contribuyen a que se gasten menos calorías, por ejemplo:

  • Desordenes mentales o emocionales tales como depresión, ansiedad social, fobias que impidan salir al exterior y relacionarse socialmente con otras personas pueden reducir la actividad física y promover el sedentarismo. Es fundamental tratar clínicamente estas condiciones para fomentar el ejercicio cotidiano.
  • Alteraciones endócrinas tales como el hipotiroidismo puede dar origen a un gasto calórico reducido o un metabolismo más lento. Igualmente puede suceder a causa de la menopausia. En estos casos podemos cuidar la dieta, tratar clínicamente disfunciones hormonales y además, nunca dejar de entrenar para conservar lo más activo posible nuestro metabolismo.
  • Trabajo sedentario que nos incentiva a pasar mucho tiempo sentado y que por ello, reduce el gasto de calorías diario. Es importante cortar con el tiempo de inactividad al menos cada dos horas, evitar posiciones incorrectas y estáticas así como aplicar otros trucos para permanecer en la jornada laboral lo menos sedentarios posible.


  • Temperatura consistente que no demanda esfuerzo al organismo para mantener su propia temperatura estable. Por ejemplo, abusar de calefacción o aires acondicionados y no exponerse al frío o al calor puede reducir el gasto energético. Debemos evitar estos errores y además, no abrigarnos en demasía al entrenar o estar al aire libre en esta época del año.

Éstos y otros factores como puede ser la mayor tecnología, incapacidad física, inseguridad social, entre otros pueden condicionar el gasto energético y favorecer un balance energético positivo.

En las causas de obesidad también pueden influir aspectos ajenos a nosotros como aquellos que durante el embarazo de nuestra madre fueron "moldeando" nuestro metabolismo.

Todos estos y muchos factores más se encuentran detrás de las principales causas de obesidad y demuestran lo complejo de esta enfermedad y lo mucho que contribuye a su desarrollo el ambiente actual. No por nada la obesidad nos acecha y se ha transformado en una verdadera pandemia.

BIbliografía consultada | Appetite, Volume 57, Issue 1, August 2011, Pages 295–298, Nature Reviews Endocrinology 6, 290-293 (May 2010) | doi:10.1038/nrendo.2010.41; Am J Clin Nutr July 2005, vol. 82 no. 1 265S-273S; Am J Prev Med. 2006 Sep;31(3):240-3.
Infografía | Obesity Society
Imagen | iStock y Roey Ahram

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