Seguro que habéis escuchado hablar en alguna ocasión de la "enfermedad del beso": una infección que, según la creencia popular, se transmite a través de la saliva y es frecuente entre adolescentes y adultos jóvenes. Cuando hablamos de la "enfermedad del beso" de lo que realmente estamos hablando es de la mononucleosis infecciosa: una patología que afecta a la garganta y los ganglios.
Hoy, dado que es el día internacional del beso, os contamos cuáles son las causas, síntomas y tratamiento de la mononucleosis infecciosa o "enfermedad del beso".
¿Qué es la enfermedad del beso y cuales son sus causas?
La mononucleosis infecciosa es una enfermedad infecciosa causada generalmente por el virus Epstein-Barr (VEB), un virus de la familia de los herpes. Aunque el herpes simple suele afectar a la boca, los labios y la piel, en este caso el VEB afecta a la garganta y a los ganglios.
En algunas ocasiones la mononucleosis infecciosa puede estar causada también por otros tipos de virus, como el citomegalovirus (que afecta a la glándulas salivares y puede ser peligroso para las personas inmunodeprimidas) o el toxoplasma gondii en un número muy pequeño de casos (este es el protozoo que causa la famosa toxoplasmosis).
Aunque la creencia general es que el virus se transmite a través de la saliva (de ahí el nombre de "enfermedad del beso"), lo cierto es que el virus también puede transmitirse por el aire, a través de la propia respiración, sin que sea necesario el contacto entre dos personas y también a través de los líquidos corporales como la sangre o el semen.
El virus es contagioso mientras la persona afectada presenta los síntomas que pasamos a detallar a continuación, que suelen durar entre diez día y cuatro semanas.
Los síntomas que presenta la enfermedad del beso
La mononucleosis infecciosa no es una enfermedad grave y suele cursar con fiebre, faringitis o dolor de garganta, inflamación de los ganglios linfáticos (de modo que se pueden palpar con la mano) y, en ocasiones, bazo inflamado.
Otros síntomas frecuentes de la mononucleosis infecciosa pueden ser el cansancio a astenia, las náuseas o vómitos, la sudoración excesiva y los escalofríos (generalmente debido a la fiebre), el dolor de cabeza y dolor en articulaciones y músculos y, en ocasiones, sarpullidos o erupciones cutáneas.
La mononucleosis infecciosa se detecta a través de análisis de sangre en los que suelen aparecer un número anormalmente grande de glóbulos o con una forma distinta a la habitual (linfocitos atípicos).
Así es como se trata la enfermedad del beso
El tratamiento de la mononucleosis infecciosa está destinada a mitigar los síntomas que aparecen en el paciente, dependiendo siempre de la gravedad de los mismos. Se recomienda reposo relativo debido a la aparición de fatiga en el paciente, así como analgésicos para el dolor, medicamentos para la fiebre, una buena hidratación y gárgaras para aliviar el dolor de garganta.
En ocasiones la mononucleosis infecciosa puede cursar con inflamación del bazo, del hígado o de ambos órganos. Es por esto que en niños y adolescentes se recomienda que no participen en deportes durante el tiempo que duran los síntomas, ya que son más propensos a la rotura del bazo debido a trumatismos. También se deben evitar en adultos los deportes de contacto por esta misma razón.
La fiebre, que es el síntoma más molesto, puede durar hasta diez días; pero la inflamación de los ganglios suele durar más, hasta cuatro semanas. Si el paciente presenta inflamación del bazo o del hígado, esta puede prolongarse hasta seis meses e incluso perdurar después de haber desaparecido la enfermedad.
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