Muchas personas se muerden las uñas habitualmente, un hecho que entendemos como normal y habitual, y al que no le damos importancia. Este acto que hace que nuestras uñas aparezcan con una estética muy fuera de algo estético, tiene detrás una serie de aspectos que debemos tener en cuenta y que son los que vamos a tratar en este post, además de las repercusiones que tiene para nuestra salud el hecho de mordernos las uñas de manera habitual.
Morderse las uñas es una manía que muchas personas desarrollan en la más tierna infancia, y muchas de ellas lo siguen manteniendo con el paso del tiempo. Con el transcurrir de los años esta manía se hace algo habitual que permanece y que se lleva a cabo de manera automática. Esto es lo que dificulta mucho más dejar de morderse las uñas, pues los efectos que tiene este hecho en nuestra salud no son demasiado buenos.
El Origen
Antes de nada vamos a ver el origen de esta manía. La mayoría de estudios llevados a cabo, y los especialistas aseguran que una de las principales causas por las que un niño tiende a morderse las uñas es por ansiedad. Se trata de una vía de escape que termina convirtiéndose en algo habitual y común. Estos cuadros de ansiedad en la mayoría de los casos se deben a la presión que rodea al niño a todos los niveles, y que es la culpable de que se produzcan cuadros de angustia y estrés que derivan en este acto.
Con el paso del tiempo este acto deja de representar una verdadera vía de escape, y se convierte más en una manía. Es cierto que a causa de la estética y de lo mal que quedan unas uñas mordidas, muchas son las personas que al crecer abandonan este hábito. En su mayoría suelen ser las mujeres las que lo hacen, mientras que los hombres siguen manteniendo esta costumbre que no puede acarrear algún que otro problema.
Problemas físicos de morderse las uñas
En primer lugar hay que tener presente que la estructura de las uñas y el crecimiento de las mismas se ve afectado por el hecho de ser mordidas, ya que al morder generamos en al uña micro roturas que la obligarán a crecer de manera desigual, a capas, sin cubrir toda la superficie de la carne… Es cierto que esto depende mucho del grado de mordida al que lleguemos, ya que todos los casos no son iguales.
Mantener unas uñas demasiado cortas puede provocarnos dolores a la hora de asir objetos, ya que son necesarias para aumentar la adherencia y precisión de los dedos. Junto a este problema debemos tener en cuenta que morderse las uñas tiene un efecto en los dientes, ya que estamos constantemente golpeando unos con otros a la hora de realizar el movimiento de mordida. Esto lo que hace es aumentar el desgaste de la zona y la sensibilidad de las piezas dentales al perder parte del esmalte que los recubre.
Pero no solo el desgaste de los dientes es lo que podemos provocar, sino que además podemos desarrollar una maloclusión dental con el consecuente problema al masticar, así como la transmisión de bacterias y hongos por vía oral, ya que las uñas son un foco activo de estos microorganismos. Ingerir este tipo de organismos puede desencadenar una infección en la mucosa de la boca que nos puede dar una serie de problemas y molestias. Además de la posibilidades de desencadenar en nuestra mandíbula dolores articulares a causa del constante trabajo que realizamos con ellas al forzarlas para mordernos las uñas.
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