Nueve mitos sobre la depresión que tienes que dejar de creer

La depresión es una enfermedad muy común que todavía mucha gente no comprende del todo. Como muchas otras enfermedades mentales, lleva consigo el estigma de no ser considerada una enfermedad real, de ser vista como una forma de autocompasión, pereza o locura.

Para que no sigas creyendo en falsos mitos sobre esta enfermedad, aquí tienes algunos de los más comunes, explicados.

1. "La depresión no es una enfermedad real"

Mucha gente cree que la depresión es simplemente tristeza, pereza o debilidad de carácter.

Esto no es verdad. La depresión es una enfermedad del cerebro: los neurólogos creen que su origen está en un desequilibrio de determinadas sustancias del cerebro, que afectan a algunos de sus procesos y eso da como resultado la depresión.

No hay una sola causa de este desequilibrio, sino que se trata de una combinación de factores genéticos, eventos estresantes en nuestra vida, malos hábitos y enfermedades previas.

2. "La depresión se cura sola"

"El tratamiento para la depresión no funciona, lo mejor es esperar y dejar que se cure sola".

Algunas personas pasan la depresión por su cuenta, pero para la mayoría la medicación es una ayuda indispensable, con la que pueden retomar en unas pocas semanas su trabajo y sus rutinas. Sin tratamiento, la depresión puede durar meses e incluso años.

3. "Los niños no se deprimen"

De hecho, la depresión puede afectar a cualquier grupo de población sin importar la edad, el sexo o la situación socioeconómica, y eso incluye a los niños.

No es fácil detectar la depresión en niños, puesto que ellos mismos no siempre saben expresar lo que sienten, pero si están tristes y decaídos de forma permanente durante periodos largos de tiempo, y eso empieza a interferir con sus actividades normales, e incluso con su aprendizaje y desarrollo, podemos estar ante un caso de depresión infantil y puede ser buena idea consultar con un especialista.

4. "Los hombres no se deprimen"

Las mujeres padecen depresión más que los hombres, pero eso no quiere decir que la depresión no pueda afectarlos a ellos también. Uno de los problemas que existe al respecto es que la depresión en los hombres puede pasar desapercibida ya que por lo general tienden a hablar menos de cómo se sienten, y pueden terminar gestionando la enfermedad por su cuenta, con el riesgo de caer en comportamientos peligrosos, como el consumo de alcohol o drogas.

5. "La depresión solo llega si te ocurre algo malo"

"La depresión ocurre cuando te echan del trabajo o tienes un divorcio difícil, si no, no hay motivos".

Es cierto que en muchos casos de depresión existen estresores externos, es decir, cuando nos ocurre algo malo, pero hay otras cosas que nos pueden abocar a una depresión: medicamentos, problemas hormonales, el nacimiento de un hijo o el uso de alcohol y drogas, entre otras. En algunos casos, esto ocurre sin ninguna razón en concreto.

6. "No te curarás si no lo intentas"

"Tienes que poner de tu parte, nunca saldrás de una depresión si no lo intentas".

Una vez más: la depresión es una enfermedad relacionada con la química del cerebro, y como tal, para curarse no vale con quererlo o intentarlo, igual que no es suficiente la fuerza de voluntad para curarse de una pulmonía o una diabetes.

De hecho, insistir en este tipo de comentarios supone culpabilizar al paciente por su enfermedad, así que no solo no es cierto, también es perjudicial.

7. "No necesitas ir al médico/medicación, no estás tan mal"

La idea de que solo en situaciones desesperadas es necesario acudir al médico supone un obstáculo en el tratamiento de muchas enfermedades mentales, que podrían tratarse mucho mejor y presentar un mejor pronóstico si comenzasen su tratamiento mucho antes, cuando los síntomas aun no se han agudizado y la calidad de vida del paciente no se ha resentido tanto.

8. "La medicación es suficiente"

Muchas personas diagnosticadas de depresión creen que es suficiente con tomar la medicación prescrita para curarse. La medicación interviene regulando el desajuste químico en el cerebro y tratando así la base bioquímica de la depresión.

Pero en muchos casos esto puede no ser suficiente, y el médico prescribirá también psicoterapia y cambios en el estilo de vida (alejarse de la comida basura y hacer ejercicio, entre otros) para completar el tratamiento y así optimizar la recuperación. Es importante seguir todas las indicaciones del médico en este sentido.

9. "Si tus padres padecen depresión, tú también lo harás"

Si en tu familia hay un historial de depresión, tú tienes un riesgo más alto de padecerla también, según aseguran algunos estudios.

Pero tampoco hay que alarmarse, porque no está claro todavía cómo de importante es el factor genético en el desarrollo de la depresión. Si por antecedentes familiares te preocupa el riesgo de desarrollar esta enfermedad, céntrate en controlar los factores que están a tu alcance, como evitar el abuso de alcohol y drogas.

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