Lauren Wasser es una modelo de 29 que hace cinco años perdió una pierna a causa del síndrome del shock tóxico. Asegura que un día comenzó a sentirse mal, pero atribuyó su malestar a la gripe. Días después ingresaba en el hospital con un coma inducido, y su ingreso terminó requiriendo la amputación de una pierna.
El síndrome del shock tóxico está relacionado con el uso de tampones, y por ello aparece explicado en el prospecto que los acompaña dentro de la caja. Por si nunca te has parado a leerlo, te explicamos en qué consiste y cuál es el riesgo real de utilizar tampones.
Qué es el síndrome del shock tóxico (SST)
El síndrome de shock tóxico (SST) es una infección grave pero poco común causada por las toxinas que generan las bacterias estafilococo y estreptococo. Estas bacterias se encuentran de forma natural en nuestro cuerpo, habitualmente en la piel, nariz, axilas, ingles y vagina. Está relacionado con el uso de tampones, aunque también puede ser consecuencia de la infección de una herida.
Muchas personas que portan estas bacterias nunca padecen síntomas, porque tienen de forma natural anticuerpos para evitar esta infección aunque nunca la hayan padecido antes. No está claro por qué, pero se cree que puede estar debido a que su presencia es tan común que se desarrollan defensas sin necesidad de padecer la infección.
Síntomas del SST
Los síntomas del SST pueden ser muy graves y desarrollarse de repente: fiebre alta, bajada de la tensión sanguínea con mareos y desmayos, confusión, vómitos, diarrea y dolo de cabeza y muscular.
Puede aparecer un sarpullido, similar a una quemadura solar, en la piel de cualquier parte del cuerpo, incluyendo las palmas de las manos y la planta de los piel. También puede aparecer un enrojecimiento inusual debajo de los párpados, dentro de la boca y dentro de la vagina en las mujeres. Otros síntomas pueden incluir confusión u otros cambios mentales, disminución de la orina, fatiga y debilidad, y sed.
Si el TSS no se trata, órganos como el hígado y los riñones pueden comenzar a fallar, y pueden desarrollarse problemas como convulsiones, sangrado e insuficiencia cardíaca. El SST es mortal en el 50% de los casos.
¿Qué tienen que ver los tampones con todo esto?
El SST estuvo originalmente vinculado al uso de tampones porque los primeros casos descritos, en la década de los 70, estaban relacionados con tampones superabsorbentes. Esto sirvió para desarrollar tampones más seguros y establecer patrones de uso que reduzcan el riesgo.
No se sabe en profundidad por qué el uso de tampones se relaciona con el SST, aunque se cree que su capacidad de absorción favorece una mayor presencia de oxígeno en la zona interior de la vagina, lo que a su vez favorece un mayor producción de bacterias y sus toxinas.
Sin embargo, no son la única causa: solo la mitad de los casos de SST están relacionados con el uso de tampones. La esponja anticonceptiva y el diafragma, dos métodos anticonceptivos, también se han vinculado con el SST, así como infecciones por estafilococo incluyendo neumonías, abscesos, infecciones en la piel, en una herida o en la sangre...
Cómo reducir el riesgo de usar tampones
Como decimos, el uso de tampones está relacionado con el SST, y aunque el riesgo es pequeño (el SST es un problema muy poco frecuente) hay algunas cosas que puedes hacer para reducirlo aun más.
Elige tampones con la absorción mínima adecuada para tu cantidad de flujo menstrual y nunca los utilices durante más de 8 horas seguidas.
Asegúrate de quitarte siempre el tampón antes de ponerte otro nuevo, y de quitarte el último que utilices cada menstruación. Parece muy obvio, pero en muchos casos los problemas derivan de tampones que alguien olvidó que llevaba y no se quitó.
Los tampones están creados para absorber el flujo menstrual, y solo el flujo menstrual. No los utilices como protección del flujo vaginal común y no te los pongas antes de que te baje la regla.
Es aconsejable que, durante los días de la menstruación, utilices compresas u otros métodos y no tampones durante unas horas al día, preferiblemente por la noche. Si utilizas tampones para dormir, colócate uno limpio antes de acostarte y retíralo justo al levantarte por la mañana, no pases más de 8 horas con un tampón puesto.
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