El yacón, también conocido como aricoma, es una planta de origen preincaico que sólo era cultivado para autoconsumo de las civilizaciones.
Sin embargo, una serie de investigaciones han insertado el yacón en el mercado debido a los hallazgos favorables sobre su consumo para la salud humana.
La porción comestible de la planta de yacón es su raíz, es un tubérculo similar a la patata o boniato que alamacena carbohidratos, pero a diferencia de los vegetales antes nombrados, el yacón no los almacena en forma de almidón, sino como fructooligosacáridos (FOS), un tipo de azúcar que no puede digerirse en el tracto digestivo.
Los FOS, al no poder metabolizarse en el organismo humano no elevan la glucosa en sangre y actúan como sustancia indigerible reduciendo el nivel de colesterol y triglicéridos.
El yacón contiene entre un 80 a 90% de agua y cerca del 60% de su peso seco está conformado por FOS, mientras que el resto lo componen azúcares como fructosa, sacarosa y glucosa.
Si bien este tubérculo posee azúcares simples, su acción hipoglucemiante y su sabor dulce con escasas calorías y pobre efecto sobre la glucosa en sangre, lo convierten en un alimento ideal para reemplazar preparaciones hipercalóricas o muy dulces en la dieta de las personas con diabetes.
Además, los FOS actúan como prebióticos mejorando la saud gastrointestinal, el sistema inmonológico y evitando el desarrollo de diversas enfermedades.
En la actualidad es muy difícil encontrar el tubérculo como tal que se puede consumir como fruta fresca, pero sí podemos ver en herboristerias o casas de productos naturales, té de yacón u otros alimentos a base de esta raíz como puré, hojuelas, pasas, mermelada u otros.
El yacón es una gran alternativa para disfrutar un dulce bocado sin elevar nuestra glucemia ni sumar calorías vacías a nuestra dieta diaria.
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