En anteriores ocasiones nos hemos detenido en el entrenamiento mediante las técnicas de TRX y en lo beneficioso que es para el organismo trabajar con nuestro propio peso y la libertad que esto nos aporta. Por este motivo en este post queremos detenernos en un ejercicio muy beneficioso para la parte dorsal y de los hombros. Se trata de las aperturas en T. Un ejercicio en el que nos vamos a detener profundamente.
Ante todo hay que tener presente que se trata de un tipo de ejercicio en el que el trabajo muscular en la zona trabajada va a ser alto, pues el aislamiento de esta parte del cuerpo es alto. Además tenemos que tener presente la facilidad del movimiento, pues en todo momento respetaremos el movimiento natural del cuerpo, es decir, el recorrido articular del mismo.
Equipamiento
Para su ejecución simplemente nos hará falta un aparato de TRX, que casi ya podemos encontrar en todas las salas de entrenamiento de gimnasios. Además de esto, simplemente nos servirá con nuestro propio cuerpo, pues el peso que vamos a tener que elevar con el ejercicio va a ser el nuestro propio. Ahí radica principalmente los beneficios de este ejercicio, en la libertad y la adaptación del movimiento, sin ser agresivo para el organismo.
Ejecución
Primeramente debemos colocar el TRX a la altura de nuestro cuerpo. Lo ideal es que quede cada uno de los agarres más o menos a la altura de nuestro pecho, pues es de ellos de donde nos vamos a colgar a la hora de realizar el ejercicio. Para ello colocaremos los pies posados en el suelo. El pie derecho lo colocaremos hacia adelante con la punta del pie mirando hacia delante, y el izquierdo ligeramente inclinado hacia atrás, de modo que solo sean un apoyo para mantener el equilibrio, y que nunca podamos hacer fuerza con ellos, pues es la parte superior de la espalda la que debe efectuar la fuerza en este caso.
A partir de esta postura lo que haremos será inclinar el cuerpo hacia atrás, mientras mantenemos los pies como hemos indicado y las manos agarradas a las cintas del TRX. Una vez inclinados hacia atrás, lo que haremos será estirar los brazos hacia adelante, de modo que las manos queden juntas en el centro, a la altura del pecho. Sin mover el cuerpo, que simplemente oscilará de arriba abajo manteniendo los pies como único punto de apoyo.
Partiendo de la postura descrita anteriormente, y mediante la acción de los músculos de la parte superior de la espalda, lo que haremos será desplazar el cuerpo hacia delante mientras abrimos los brazos para terminar haciendo una cruz con ellos. Es muy importante mantener la línea del brazo con los hombros, para que sea esta parte la que trabaje durante todo el ejercicio. Nunca debemos apoyarnos en la fuerza de las piernas ni en movimientos raros con los brazos que desvíen la trayectoria del ejercicio y los resultados del mismo.
Imagen | USAG Livorno PAO Video | Youtube/ Iván Cardenés
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