Las vacaciones son una época perfecta para hacer esos ejercicios en los que solemos quedarnos cortos o no siempre practicamos. Es el caso de los estiramientos, un ejercicio al que solemos dar de lado y que es importante para evitar lesiones y aprovechar el rendimiento máximo de nuestros músculos. En vacaciones podemos aprovechar para hacer ejercicios de estiramientos en cualquier momentos.
Bastan unos veinte minutos al día para mejorar notablemente nuestra flexibilidad. Podemos aprovechar mientras tomamos el sol para estirar los isquiotibiales, o cuando estamos metidos en el agua para estirar hombros o gemelos. Cuando volvamos de vacaciones y nos pongamos a entrenar de nuevo notaremos los cambios, tendremos más amplitud de movimiento y tendremos menos probabilidad de lesionarnos, y ya de paso hemos mantenido despiertos a nuestros músculos en verano.
Cuando estamos en vacaciones tenemos menos estrés, eso también se nota en los músculos, que están menos agarrotados y más propensos a ser estirados, por lo que son unos días perfectos para hacer estiramientos. De paso ya podemos coger el hábito y continuar a la vuelta de las vacaciones, que al igual que todo ejercicio, a los estiramientos también se les toma el punto.
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