Así es como el método Pilates puede ayudarte durante el embarazo

La semana pasada hablábamos de los diferentes deportes y actividades que son beneficiosas durante el embarazo y guardábamos un lugar destacado para el método Pilates, probablemente una de las actividades con más éxito durante esta etapa de la vida de la mujer.

El Pilates es una actividad física destinada a promover el movimiento inteligente: nos enseña a movernos con seguridad en el espacio, a movernos más y mejor con menos esfuerzo y a tomar conciencia de nuestro cuerpo, de cómo funciona y de cómo responden cada una de sus partes ante el movimiento. Así es como el método Pilates puede ayudarte durante el embarazo.

¿Cuándo puedo comenzar a practicar Pilates en el embarazo?

Recordemos que lo primero que tenemos que hacer es pasar por nuestro ginecólogo para que nos asegure que podemos realizar deporte y actividad física durante el embarazo y que no nos encontramos ante un embarazo de riesgo. Tras esto, acudir a un profesional especializado en entrenamiento de Pilates en embarazadas es muy recomendable.

El primer trimestre del embarazo suele ser el de más riesgo para el bebé, por lo que generalmente se recomienda una actividad física muy moderada que puede reducirse a las caminatas a buen paso. Durante estos primeros meses es buena idea ir pensando en cómo queremos entrenar durante el embarazo e ir viendo diferentes opciones que se adecuen a nuestras necesidades.

A partir del segundo trimestre podemos pasar a realizar actividad física y deportiva adaptada para nosotras sin problema, siempre y cuando nuestro médico nos haya dado el ok previamente.

¿Qué voy a conseguir practicando Pilates durante el embarazo?

Los beneficios del método Pilates durante el embarazo son numerosos y pueden ayudarnos en distintos momentos del mismo: mejorar nuestra postura y nuestra alineación corporal puede ser de mucha ayuda para evitar los famosos dolores de espalda cuando la barriga va creciendo, mientras que el trabajo de suelo pélvico y de respiración puede ser más útil de cara al momento del parto.

  • La movilización de la columna y de las articulaciones que se realiza en Pilates es perfecto en el caso de las embarazadas. Recordemos que la actividad física y el movimiento están muy recomendados para tener un embarazo saludable, y mantener la movilidad durante los nueve meses de embarazo no solo será una ventaja durante este tiempo, sino también después del parto.

  • Evitar los dolores de espalda cuando va creciendo la barriga: el dolor lumbar es uno de los dolores más acusados entre las embarazadas. Al cambiar el punto de gravedad de nuestro cuerpo al mismo tiempo que va creciendo la barriga, solemos inclinarnos hacia atrás buscando la postura más cómoda para nosotras. De este modo, perdemos la alineación ideal de nuestro cuerpo, algo que puede provocar dolor, sobre todo si la musculatura de nuestra espalda y de la zona interna del abdomen no se encuentra en forma. El trabajo de la musculatura de la espalda y la alineación de la misma es básico para disfrutar de un embarazo sin dolor.

  • Tener un parto más sencillo y más rápido, sobre todo si eres madre primeriza. Sabemos que en el caso de las madres primerizas el parto puede alargarse mucho, y la fase expulsiva puede ser agotadora. Mediante el método Pilates trabajaremos el control de la respiración (no solo la duración de las distintas fases de la respiración, sino también cómo dirigir el aire hacia distintas zonas de nuestro cuerpo para realizar un tipo de respiración u otra - respiración intercostal, diafragmática o clavicular-) que puede ayudarnos en el momento del parto.

    Además, con el método Pilates también se trabaja la musculatura de nuestro suelo pélvico, que juega un papel muy importante durante la fase expulsiva, "empujando" al bebé hacia fuera. Las mujeres con un suelo pélvico en forma se beneficiarán también en esta fase del parto.

¿Qué tipo de ejercicios de Pilates puedo hacer?

Como ya hemos dicho, lo más importante es ponernos en manos de un profesional que sepa cómo tiene que adaptar los ejercicios a cada momento del embarazo, cuáles son más beneficiosos durante un trimestre u otro, o cuáles debemos hacer cuando nos encontramos próximas al parto.

La norma general es que la mujer embarazada se encuentre cómoda realizando los distintos ejercicios. Por eso, una de las posturas más utilizadas para trabajar con el método Pilates con embarazadas es la de cuadrupedia (a cuatro patas): de esta manera la espalda de la embarazada se libera de la tensión de la creciente barriga y se puede trabajar de forma segura. También tumbarnos de lado a la hora de entrenar puede ser una posición agradable para la futura mamá.

No es aconsejable que la mujer embarazada se tumbe boca abajo ni que pase demasiado tiempo tumbada boca arriba debido al riesgo de padecer el síndrome de la vena cava inferior

No se aconseja, obviamente, tumbar a la mujer embarazada boca abajo. En el caso de tumbarnos boca arriba deberemos tener en cuenta que, si pasamos mucho tiempo en esta postura, existe el riesgo de sufrir el síndrome de la vena cava inferior, sobre todo si nos encontramos en un estado avanzado del embarazo: al tumbarnos boca arriba el útero puede comprimir esta vena que transporta oxígeno, afectando a la madre y al bebé. Este riesgo desaparece si cambiamos de postura con frecuencia.

Muchos de los ejercicios del repertorio de Pilates se pueden adaptar a las mujeres embarazadas a través de distintos accesorios, como por ejemplo los bloques (iguales a los bloques de yoga) que permiten mantener una postura más cómoda cuando estamos sentadas, o el fitball. Además, todos los ejercicios del repertorio de Pilates cuentan con regresiones para hacerlos más sencillos en caso de que sea necesario y para facilitar el movimiento.

Imágenes | iStock
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