Caminar por la playa puede ofrecer múltiples beneficios, aunque muchos te digan lo contrario

Caminar es una actividad muy beneficiosa para el organismo; sin embargo,  dependiendo del terreno podemos obtener más o menos ventajas para la salud. En este sentido, te contamos que caminar por la playa puede ofrecer múltiples beneficios, aunque muchos te digan lo contrario.

Las ventajas de caminar por la playa

Existe la creencia de que caminar por la playa, en un terreno irregular y realizando un esfuerzo adicional para vencer la resistencia que la arena puede ofrecer y que dificulta el movimiento, favorece el riesgo de sufrir torceduras, esguinces o caídas. No obstante, se trata de una práctica muy ventajosa para nuestro cuerpo.

Claramente, caminar por superficies irregulares incrementa las posibilidades de sufrir una torcedura o un esguince, sin embargo también trabajaremos en mayor medida el equilibrio y la estabilidad demandando el esfuerzo de los músculos que así lo permiten, como son los ubicados en la zona media del cuerpo o el core.

De igual forma, caminar sobre la arena requiere más esfuerzo ya que dificulta el movimiento y tenemos que vencer la resistencia que ello implica, pero esto se traduce en mayor intensidad del ejercicio y por lo tanto, en ventajas para nuestro cuerpo.

Por otro lado, caminar al aire libre observando el mar puedes representar un gran beneficio para nuestro cerebro, implicando efectos positivos en el estado de ánimo y en la salud emocional.

Asimismo, la exposición al sol (siempre con protección solar) puede ser de ayuda para sintetizar más vitamina D en el organismo así como para estimular nuestro humor y nuestro nivel de energía.

Por lo tanto, caminar por la playa puede ofrecer múltiples beneficios a nuestro cuerpo, aunque muchos digan lo contrario. Sólo es necesario ser  cuidadosos con la exposición al sol, utilizar protector solar y escoger las horas de menor radiación para realizar esta actividad tan placentera y beneficiosa al aire libre, cerca del mar y sintiendo la arena bajo nuestros pies.

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Imagen | Nadia Jamnik