Hay personas que opinan que hacer cardio en ayunas es mejor que hacerlo tras una ingesta si lo que se busca es perder grasa corporal pero, realmente no es cierto y te explicamos el porqué.
Hace unos pocos años se publicó un estudio en el que se comparaban dos grupos. Uno que hacía cardio en ayunas y otro que hacía cardio después de una comida. El resultado fue que el grupo que ayunaba, conseguía un déficit calórico mayor al final del día, lo que puede llevar a una mayor pérdida de grasa. Esto causó muchísima polémica, pero tiene una explicación muy simple; el grupo que ayunó consiguió un déficit calórico mayor porque sencillamente comió menos.
El fundamento sobre el que se basa el cardio en ayunas es que si estás en ayunas, tus niveles de insulina y de glucógeno hepático estarán más bajos, y esto puede hacer que quemes más grasa haciendo cardio, lo cual te llevaría al final a una mayor pérdida de grasa.
En cualquier caso, lo que se ha visto en muchos estudios, como por ejemplo este, es que el cardio en ayunas NO provoca una mayor pérdida de grasa al final del día si la dieta es igual en ambos grupos. Para entender por qué ocurre esto, tenemos que saber que aunque nosotros oxidemos grasa, no necesariamente perderemos grasa corporal.
Esta pérdida de grasa corporal solo se producirá si la grasa que oxidamos es mayor que la grasa que almacenamos. Independientemente de si oxidamos más o menos grasa, esta cantidad de grasa oxidada debe ser obligatoriamente mayor que la grasa almacenada para que el balance neto nos permita perder grasa corporal.
Para que entiendas esto también podemos extrapolarlo a las dietas cetogénicas. En ellas aumenta la oxidación de las grasas porque al aumentar la cantidad de grasas que comemos aumentan nuestras enzimas encargadas de metabolizar esta grasa, pero no perderás grasa corporal en una dieta cetogénica a menos que las calorías que gastas superen a las que comes, porque esto es lo que al final permitirá que la grasa que se oxida sea mayor que la grasa que se almacena.
El cardio en ayunas no provoca necesariamente una mayor pérdida de grasa al final del día a pesar de que al realizarlo oxidemos más grasa que en una sesión de cardio realizada después de una comida. Esto ocurre porque se ha visto que si quemas más grasa durante el ejercicio en ayunas, sencillamente quemarás menos grasa durante el resto del día como mecanismo compensatorio.
De la misma manera, si el cardio que realizamos no es en ayunas, nuestra oxidación de grasa durante el ejercicio será menor, pero nuestra oxidación de grasa a lo largo del día será mayor, y de esta manera obtendremos el mismo resultado final en cuanto a composición corporal. O sea, de cara a mejorar la composición corporal, no es relevante si hacemos el cardio en ayunas o tras una ingesta.
El cardio en ayunas no es una herramienta mejor que el cardio tras una ingesta. La aplicación práctica de todo esto es que depende de ti hacerlo en ayunas o hacerlo en otro momento del día.
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