Los cinco errores más frecuentes en una clase de Yoga: aprende a reconocerlos para poder evitarlos

Si has pensado en comenzar a practicar Yoga este curso, ya sea en casa o en el gimnasio, conviene estar atento a distintos errores que solemos  cometer de manera habitual y muchas veces incluso sin darnos cuenta. El  primer paso para poder subsanar o evitar estos errores, que en el peor  de los casos pueden causarnos alguna lesión, es reconocerlos. Estos son los cinco errores más frecuentes a la hora de practicar Yoga.

No controlar la respiración

La respiración o pranayama es uno de los grandes pilares de la  práctica del Yoga, por lo que es importante que la realicemos  correctamente. Durante una sesión de Yoga se inspira y se suelta el aire siempre por la nariz, y el tipo de respiración más utilizada suele ser la respiración abdominal.

Es importante que, mientras nos encontramos en las distintas posiciones o asanas por las que pasamos durante una clase de Yoga, la respiración fluya de forma muy natural.  A veces, debido al esfuerzo que tenemos que hacer para realizar algunas  de las posturas, tendemos a retener el aire y a "olvidarnos" de  respirar en cierto modo. Esto puede dificultar nuestra práctica (a no  ser que sea una retención intencionada, como puede ser en la posición de chaturanga durante el saludo al sol) e incluso impedirnos realizar determinadas asanas.

Saltarnos la relajación

Incluso en los tipos de Yoga más físicos y menos espirituales, siempre contamos con unos minutos de relajación al final de la clase.  Es importante que no nos saltemos esta parte de las sesiones, ya que  nos ayuda a volver a la calma de una manera progresiva y a relajar tanto  nuestra mente como nuestro cuerpo.

La relajación suele realizarse en la postura del cadáver o Savasana (decúbito supino o tumbados boca arriba), en la que es importante que  mantengamos una buena alineación de caderas, espalda, cuello y cabeza.

Realizar siempre las mismas posturas

"Es que esta postura sí que me sale, pero las otras no". Es normal  que nos guste realizar posturas o asanas que nos salen bien, pero no  podemos quedarnos únicamente con ellas: en el Yoga, como en otros  aspectos de nuestra vida diaria y deportiva, es importante evolucionar. También si ello supone practicar asanas que no conseguimos hacer de primeras.

Para evolucionar en las distintas posturas o para llegar a hacer otras más difíciles podemos hacer uso de distintos materiales que tengamos a nuestro alcance, como por ejemplo los bloques de Yoga, las correas de Yoga o la rueda de Yoga o Yoga Wheel.  Es importante que poco a poco, según vayamos mejorando, evitemos usar  estas ayudas y no las "sobreutilicemos" para esforzarnos menos.

Tener unos referentes equivocados

Este quizás sea el error más frecuente en las clases de Yoga, sobre todo desde la aparición de las redes sociales. En Instagram podemos encontrar un montón de publicaciones relacionadas con el Yoga en las que vemos a los yoguis doblarse y realizar posturas que parecen imposibles para la mayoría de los mortales. Está fenomenal que busquemos inspiración o motivación en estos perfiles, pero debemos ser conscientes de que, sobre todo si estamos comenzando, no estaremos al mismo nivel que ellos.

Generalmente estos yoguis llevan años practicando y practican a diario; muchos, incluso, viven de ello. No podemos comparar sus circunstancias con las nuestras, que seguramente serán distintas.  Por otro lado, conocer nuestro cuerpo y saber cuáles son sus  limitaciones nos ayudará a no arriesgar demasiado en la práctica de Yoga  y a conseguir una práctica saludable.

No ser constante en la práctica

Enlazado con el anterior, otro de los grandes errores cuando  comenzamos a practicar Yoga. Vemos en Instagram posturas que nos  encantan, intentamos hacerlas, no nos salen a la primera (o a la  segunda, o a la quinta) y desistimos de seguir practicando porque ¿para  qué?. En el Yoga, al igual que en otras actividades o prácticas  deportivas, la constancia y la paciencia son una virtud.

Es más importante la práctica, el camino y lo que aprendes mientras lo estás recorriendo, que el resultado final. La práctica del Yoga es también un camino de auto-conocimiento en el que aprendemos cada día cómo responde nuestro cuerpo frente a determinados estímulos y hasta dónde somos capaces de llegar. Es una práctica en la que  solamente deberíamos compararnos con nosotros mismos y ver nuestra  evolución día a día.

Este artículo fue originalmente publicado por Lady Fitness en septiembre de 2018 y ha sido revisado para su republicación

Imágenes | Pexels
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