Las clases colectivas son una forma dinámica de mantenerse en forma, motivarse, aprender y corregir la técnica siguiendo las instrucciones del monitor. No obstante, no hay que obsesionarse con seguir el ritmo a cualquier precio, y siempre hay que adaptar los ejercicios si tienes alguna lesión.
No hace falta que sea una lesión grave, sino un ejercicio que da molestia, o una sensación mala al terminar la clase, como de haber forzado demasiado, aunque se quite al día siguiente. Adaptar los ejercicios para no agravar lesiones es fundamental en las clases colectivas.
Es tan sencillo como hablar con el monitor y explicarle tu problema: si tienes una lesión de espalda, hombro, una molestia en la rodilla... Si no lo has hecho, es un buen momento para acudir al médico y que valore el problema. De todas formas, el profesor sabrá adaptar los ejercicios de las clases colectivas, y te indicará cómo debes modificarlos para que no sean negativos para tu problema.
Errores como tratar de seguir el ritmo del monitor sin pensar en las consecuencias, o creer que "tiene que doler para que resulte beneficioso" puede provocar más de un disgusto, y una temporada sin poder hacer ejercicio.
Consultar con los profesionales y pedirles consejo para que los ejercicios no sólo no perjudiquen sino que resulten útiles para prevenir que tengamos problemas es la solución para aprovechar al máximo las clases colectivas, y disfrutar de ellas sin correr riesgos para la salud.
Imagen | Galería de Vilanova i la Geltrú
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