En los últimos años ha aumentado la presencia y el uso del coaching en varios ámbitos, como el empresarial o el deportivo, entre otros. Encontramos coaches hasta para el siempre misterioso arte de ligar. En ambos ámbitos, el coach pretende ayudar a su cliente a mejorar su rendimiento personal y mejorar su resultados.
El coaching se define como un proceso interactivo que lleva a asistir y apoyar a otra persona, ayudándole a desarrollar su potencial.
El coaching es una herramienta metodológica más de la psicología aunque por demandas del mercado ha crecido fuera de la psicología. Por este motivo, ciertos profesionales, sin estudios en psicología, ejercen como coach gracias a certificaciones de empresas privadas.
Sabiendo esto, encontramos que hay algunas diferencias entre el coaching y la psicología en todos los ámbitos y, por supuesto, también en el deportivo.
Diferencias entre coach y psicólogo
La principal diferencia es la anteriormente mencionada: el coach no necesita necesariamente ser - aunque puede serlo - psicólogo o psicóloga.
El coach puede haber estudiado cualquier otra carrera y, posteriormente, realizar un curso privado que lo acredite como coach. Los coaches siguen una metodología a partir de conversación, siguiendo el método socrático.
Por su parte, la psicología supone una formación rigurosa. Se trata de una ciencia que investiga y reúne evidencias empíricas, pudiendo aportar marcos teóricos a diferentes situaciones. El psicólogo tiene formación en técnicas de entrevista y comunicativas, teniendo, además, conocimientos de los procesos psicológicos.
Según algunos autores, el coaching deriva de la psicología, siendo una metodología para el desarrollo personal que se sustenta principalmente en los conocimientos desarrollados por la psicología.
El ámbito deportivo es importante recordar que el Ministerio de Cultura y Educación refirió que no existe la habilitación de coach deportivo como tal.
Elegimos coach o psicólogo
En este momento, sigue sin estar bien regulado y legislado dónde empiezan y acaban las competencias de los coaches no psicólogos, pero se comienza a plantear la posibilidad de delimitar el contexto en el que puede trabajar un coach sin formación psicológica, así como las competencias a tratar y la población con quien poder hacerlo. Es decir, establecer límites y aplicación de la técnica.
Por su parte, tampoco basta con tener formación en psicología para poder ejercer como psicólogo o coach deportivo, sino que debe tener formación especializada en dicho ámbito.
La realidad es que cada cliente debe considerar qué es lo que busca en un profesional, hasta dónde quiere que llegue, saber cuál es su contexto y cuál es su finalidad.
Por mi parte, personalmente considero que la mejor opción es alguien con formación psicológica, especializada en psicología deportiva o en técnicas de coaching deportivo.
En cualquier caso, elijamos lo que elijamos, debemos asegurarnos que las bases de las técnicas que van a llevar a cabo con nosotras están basadas en métodos científicos.
Imágenes | Pixabay
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