Desayunar o entrenar en ayunas: qué hacer, según la ciencia, si lo que buscas es perder grasa

Una de las principales dudas que nos surgen cuando empezamos a entrenar, especialmente si lo que queremos es adelgazar, es si debemos entrenar en ayunas o comer algo antes. La lógica nos dice que, para perder grasa, lo más apropiado sería entrenar sin haber ingerido comida.

Para otros, sin embargo, esto casi parece una locura. Por ello, para poder saber qué es lo que más nos conviene, queremos descubrir qué es lo que dice la ciencia al respecto. Y, de esta manera, conseguir sacar el mayor rendimiento a nuestro esfuerzo diario sin poner en riesgo nuestra salud.

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Entrenar en ayunas

La idea detrás de entrenar en ayunas es la siguiente: al empezar a hacer ejercicio nuestro organismo necesita obtener la energía necesaria. Si no hemos ingerido alimento desde, al menos, la noche anterior, nuestro cuerpo tendrá que obtener dicha energía de la grasa acumulada en forma de reserva de energía. De esta manera, estaríamos ayudando a quemar grasa.

Sí, por el contrario, acabamos de comer antes de ponernos a entrenar, nuestro cuerpo podrá obtener la energía de la glucosa obtenida al realizar la digestión del desayuno o la comida anterior al entrenamiento que hayamos hecho y por tanto no quemaría grasas.

Desayunar antes de entrenar

Los defensores del desayuno antes del entrenamiento sugieren que ingerir alimento nos ayuda a mejorar nuestro rendimiento muscular ya que estaremos menos cansados y faltos de energía que si no desayunamos. Además, podría ayudar a que el cuerpo no se nutra de proteína, protegiendo así nuestros músculos.

Una investigación reciente encuentra, además, que desayunar antes de entrenar ayuda a que quememos más carbohidratos además de ayudarnos a digerir los alimentos que consumimos después del entrenamiento.

Qué dice la ciencia al respecto

La verdad es que, por el momento no existe un consenso claro sobre cuál de las dos es la mejor opción. Sí que es cierto que podemos encontrar algunos estudios que aseguran que entrenar en ayunas consigue que se modifique la sensibilidad a la insulina que tenemos además de la hormona del crecimiento, influyendo en nuestra perdida de peso.

Sin embargo, la mayoría de las investigaciones no encuentran una diferencia significativa en los niveles de grasa que perdemos entrenando en ayunas o habiendo desayunado. Tampoco en la perdida de peso.

Debemos tener en cuenta que hacer que el consumo de energía pase de la glucosa a la grasa no parece ser tan sencillo como simplemente cambiar el desayuno previo al entrenamiento por el ayuno. Además, el tipo de entrenamiento, la duración y la intensidad también influyen en la quema de grasas y es algo que debemos tener en cuenta y valorar antes de decidir si entrenar en ayunas o no.

Además, algunas investigaciones han encontrado que el entrenamiento en ayunas es más efectivo en aquellas personas que están muy entrenadas. Por lo que, si estamos empezando a entrenar, debemos tener esto en cuenta y valorarlo antes de tomar una decisión.

Por último, si entrenamos en ayunas debemos vigilar que no estemos sobrecompensando posteriormente ingiriendo grandes cantidades de alimento. En definitiva, no existen todavía evidencias que se inclinen a favor o en contra de desayunar o no antes de entrenar. Es importante, por tanto, que escuchemos a nuestro cuerpo y nos adaptemos a lo que mejor nos convenga.

Imágenes | Unsplash

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