Avanzar en los entrenamientos es algo que todos los que acudimos con regularidad a entrenar buscamos. Conseguir una mejor tonificación y una mayor fortaleza muscular son algunos de los puntos que solemos perseguir al acudir al gimnasio. Pero no siempre esto sucede a pesar de que nos matemos con sesiones de entrenamiento maratonianas, ya que muchas veces cometemos errores sencillos en los que no caemos y que nos están impidiendo evolucionar.
Desde Vitónica siempre hemos querido ayudaros en la evolución y en lograr las marcas que os ponéis, pero hay muchas veces que pequeños gestos hacen que esta evolución sea imposible. El estancamiento e incluso el retroceso en los entrenamientos a veces aparece si no sabemos cómo atajarlo detectando lo que estamos haciendo mal. Para ello en esta ocasión queremos destacar diez errores habituales que cometemos en el gimnasio y que nos impiden seguir evolucionando.
Querer avanzar mucho en poco tiempo
En primer lugar vamos a detenernos en uno de los principales fallos que tenemos en el gimnasio y que se trata de querer avanzar mucho en muy poco tiempo. Nunca se puede comenzar la casa por el tejado, y con los entrenamientos debe ser así, ya que hay que empezar desde la base. Hacer las cosas poco a poco y adaptándonos a las rutinas y a los diferentes ejercicios es esencial para progresar.
Al comenzar, si no aprendemos a realizar cada ejercicio como es debido, poco a poco iremos adquiriendo una serie de mañas y vicios que pueden acabar por estancar nuestros entrenamientos. No solamente no avanzaremos, sino que además puede que corramos el riesgo de hacernos daño por una mala ejecución del ejercicio. Por ello es necesario empezar poco a poco e ir avanzando a medida que vamos adquiriendo más fuerza y destreza.
Utilizar más carga de la que somos capaces de elevar
En segundo lugar, y muy ligado al punto uno, otro error que cometemos a menudo es utilizar una carga más pesada de la que nuestra forma física requiere. Este error es uno de los más comunes y lo cometen tanto los novatos como los veteranos. Está muy ligado a las ansias de evolucionar rápido y pensar que a más carga más resultado, cuando no es así. Siempre debe primar la ejecución correcta del ejercicio en vez de la carga.
Al hacer bien el ejercicio, siguiendo todo el recorrido e incidiendo en la parte trabajada, conseguiremos poco a poco una mayor evolución muscular. Esto se debe a que realizaremos un trabajo adecuado y total de las fibras, evitando así riesgos derivados de un exceso de peso como adquirir malas posturas y desarrollar vicios y posibles lesiones.
Caer en la rutina es el mayor freno
Como tercer error habitual vamos a destacar la rutina. Sí, la rutina es como se llama a los diferentes ejercicios que desarrollamos cada jornada. Pero una rutina rutinaria es el peor freno que puede existir en el gimnasio. Como henos comentado en otras ocasiones, es necesario sorprender a los músculos con ejercicios y movimientos diferentes. La costumbre hace que nos estanquemos.
Este estancamiento es debido a que con una rutina habitual y repetida durante meses los músculos siempre se trabajan de la misma manera, nunca se implican otras fibras diferentes. De este modo caeremos en la costumbre. Al sorprender a los músculos con ejercicios diferentes, trabajamos otras fibras y hacemos que la incidencia muscular y el trabajo sea mayor y con ello la evolución.
Mala ejecución de los ejercicios
En cuarto lugar vamos a destacar la mala ejecución de los ejercicios. Es cierto que a simple vista los ejercicios parecen sencillos, pero tenemos que caer en la cuenta de que existe una fase positiva de elevación de la carga, y otra negativa de vuelta a la postura inicial. En ambas fases es necesario controlar cada movimiento para hacer que los músculos trabajados actúen.
Casi siempre solemos reparar en la fase positiva de un ejercicio, pero la negativa no la podemos descuidar. Por ello al volver a la posición inicial es necesario controlar el movimiento y no dejar caer el peso sin más. Al controlar la fase negativa incidiremos mucho más en las fibras trabajadas y con ello en los resultados que vamos a conseguir en nuestros músculos.
Fijarnos en los demás e intentar imitarles
Como quinto error que solemos cometer es fijarnos en los demás a la hora de elegir las rutinas y de realizar los ejercicios. Ante todo es necesario que nos conozcamos a nosotros mismos y sepamos hasta dónde podamos llegar. Cada persona tiene una serie de cualidades físicas y una serie de limitaciones. Compararnos con los demás y pretender imitar lo que ellos están haciendo es un error porque de este modo no conseguiremos evolucionar.
Intentar imitar las cargas que utilizan los demás compañeros y sus rutinas no es nada productivo, pues su nivel puede ser mayor o menos y en este caso la evolución no se llevará a cabo. Por ello en este caso es necesario que seamos capaces de guiarnos por nosotros mismos y adaptar nuestro entrenamientos a nuestras cualidades físicas para así poder evolucionar de la manera adecuada.
Acomodarse demasiado y no esforzarnos
En sexto lugar vamos a destacar lo contrario a lo dicho anteriormente. Muchas personas cometen el error de acomodarse demasiado y no utilizar nada de carga. Es tan malo pasarse con la carga como no llegar: quedarnos por debajo es igual de malo y supone todo un freno a la hora de evolucionar.
Muchas personas solamente acuden al gimnasio para moverse y deciden no utilizar carga, y mucho menos incidir en los músculos de la manera adecuada. En este caso la recomendación es no quedarnos en lo fácil y realizar ejercicios controlados y a conciencia, pero siempre intentando que los músculos trabajen y que notemos este trabajo para así conseguir evolucionar poco a poco.
Guardar el descanso como norma general
El descanso es parte de la evolución muscular. Como heos visto en anteriores ocasiones, los músculos necesitan recuperarse y para ello el descanso es la mejor de las maneras de conseguirlo. El sobreentrenamiento frena el desarrollo muscular, pues fatigar los músculos hará que consigamos el efecto contrario que andamos buscando. La fatiga muscular hará que seamos incapaces de seguir evolucionando.
Por ello es necesario evitar entrenar todos los días. Guardar unos días de descanso, e intercalar periodos sin entrenamientos cada cierto tiempo es necesario para reponernos y lograr que los músculos crezcan. Lo mismo sucede con el sueño, de hecho este es el momento en el que se libera la hormona del crecimiento y es cuando se regeneran los músculos y las fibras evolucionan. Por ello debeos guardar estrictamente las horas de descanso.
Excedernos con el ejercicio aeróbico
En octavo lugar nos vamos a detener en un fallo que muchas personas cometen cuando buscan un crecimiento muscular. Se trata del exceso de ejercicio aeróbico. Es cierto que las rutinas de ejercicio aeróbico son totalmente recomendables, pero en épocas de crecimiento muscular no es demasiado adecuado llevar a cabo sesiones excesivas de entrenamiento aeróbico.
Lo que sucede es que si combinamos ambas sesiones de entrenamiento hacemos que los niveles de glucosa del cuerpo se agoten y para obtener energía el organismo echará mano de las fibras musculares, destruyendo así su posible evolución. Es cierto que se echa mano de las reservas de grasa para producir energía pero además, los músculos acaban por sufrir, pues se destruye tanto grasa como músculo.
No cuidar la alimentación
No cuidar la alimentación es otro error que solemos llevar a cabo, y es que al igual que entrenar, comer bien es esencial. Hay que tener presente que al realizar ejercicio sometemos a los músculos a un estrés que no es el habitual para el cuerpo humano, y por ello es necesario dotarles de los nutrientes necesarios para regenerarse, recuperarse y así crecer.
Seguir una alimentación sana, rica en proteínas, vitaminas y minerales es necesario. Incluso, incluir ácidos grasos esenciales como el Omega-3 también es necesario para así conseguir un crecimiento muscular adecuado y una recuperación perfecta (aquí tienes 14 alimentos que lo contienen). No debemos descuidar lo que nos llevamos a la boca pues al hacer ejercicio cubrir el requerimiento nutricional por parte del organismo es fundamental y es mayor que en un organismo que no realiza actividad.
Dejar de lado los estiramientos
Siguiendo en esta línea, destacaremos como décimo error la falta de estiramientos o tiempo dedicado a ellos. Estirar no es solo adquirir flexibilidad, sino que va más allá. Si la alimentación ayuda a las fibras a recuperarse, los estiramientos no se quedan cortos. Lo que éstos hacen en nuestro organismo es aliviar tensión en la zona trabajada, haciendo que las fibras y tendones se suelten y se queden más relajados.
Estirar nos ayudará a activar la circulación sanguínea en la parte trabajada. De este modo conseguiremos comenzar la recuperación muscular cuanto antes. Además, este simple gesto hace que las fibras estén más ágiles y jóvenes. Aliviar la tensión de la zona y nutrirla adecuadamente es fundamental a la hora de conseguir unos bueno resultados. Por ello es importante dedicar unos minutos después de los entrenamientos a estirar la parte trabajada.
Siguiendo estos consejos lograremos un mejor crecimiento muscular y evitaremos sobre todo el estancamiento que es uno de los principales temores que nos acechan a todos los que intentamos trabajar nuestro cuerpo y conseguir unos músculos en mejores condiciones y fuertes. Por ello es necesario que nos paremos a repasar lo que hacemos bien o no y por lo tanto busquemos corregirlo.
Imágenes | IStock, Unsplash
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