Más corto y más intenso es mejor, al menos cuando hablamos del cerebro

Aunque todo tipo de actividad física resulta beneficiosa para la salud y puede proteger ante el deterioro cognitivo relacionado con la edad, un  reciente estudio evaluó cuál es la mejor forma de entrenar para beneficiar el cerebro.

HIIT y mayor neuroplasticidad

Al parecer, factores estresantes como el ayuno intermitente o el ejercicio  que exigen al cerebro utilizar otra fuente energía más allá de la glucosa, contribuye a la producción de factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) una proteína que inducen neuroplasticidad y que se involucra en el  aprendizaje y la memoria.

Por esta razón, el estudio que se realizó con 12 voluntarios sanos evaluó los efectos aislados e interactivos de un ayuno de 20 horas, de ejercicio ligero de 90 minutos y de ejercicio de alta intensidad sobre la producción de factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF).

Los resultados indican que el ayuno de 20 horas disminuyó la glucosa y aumento los cuerpos cetónicos, pero no tuvo efecto sobre el BDNF mientras que el ejercicio de baja intensidad y 90 minutos de duración tuvo un efecto  leve; siendo más significativo el impacto del ejercicio a intervalos de alta intensidad que aparentemente se relaciona con los niveles de lactato circulantes.

Así, aunque se ha demostrado en roedores que cambiar la fuente del principal combustible del cerebro a cuerpos cetónicos o lactato en lugar de glucosa, puede promover neuroplasticidad mediada por BDNF, en este estudio el ayuno de 20 horas no tuvo efecto sobre este parámetro.

Aunque el ejercicio de ciclismo ligero y prolongado de 90 minutos aumentó  levemente el BDNF en plasma, fue el ciclismo de 6 minutos realizado a intervalos de alta intensidad el que incremento en mayor medida el factor neurotrófico derivado del cerebro y se correlacionó con un aumento de los niveles de lactato circulante, independientemente de alimentación o el  ayuno.

Por esta razón, se concluye que el ejercicio a intervalos de alta intensidad es la mejor opción para influir positivamente en el cerebro incrementando factores que brindan neuroplasticidad.

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Imagen | Markus Spikes