Gimnasios low cost, la nueva moda

En los tiempos que corren el ahorro es fundamental para todos nosotros. Por este motivo muchas son las personas que han dejado de asistir al gimnasio por falta de presupuesto para poder afrontar este gasto. Es cierto que muchas recurren a realizar los diferentes ejercicios en sus casas, pero no siempre es la mejor solución. Por este motivo, muchas cadenas de gimnasios se han apuntado al carro de lanzar tarifas low cost. En esta ocasión nos vamos a detener en la nueva moda de los gimnasios low cost.

Cuando hablamos de tarifas low cost en el deporte muchas son las personas que desconfían de la efectividad de esas instalaciones o de la credibilidad de su personal. Es cierto que todos los gimnasios que aplican este tipo de tarifas predican que el trato a sus clientes es el mismo, y en cierto modo así lo es, aunque hay una serie de diferencias que debemos tener en cuenta con respecto a otros gimnasios con tarifas convencionales.

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Instalaciones

Es cierto que las instalaciones de este tipo de gimnasios suelen ser iguales o muy parecidas a los convencionales. La sala de entrenamiento suele estar dotada de todas las máquinas necesarias para poder realizar rutinas de entrenamiento variadas y completas. Lo que no nos encontraremos serán comodidades del tipo jacuzzi, spa, sauna, piscina… Simplemente lo que nos ofrecerán será una serie de instalaciones convencionales sin ningún añadido adicional.

Equipo de profesionales

En cuanto al equipo de profesionales que vamos a encontrar en este tipo de gimnasios, se trata de profesionales cualificados, pero que su asesoramiento sobre los usuarios que asisten a entrenar es mínimo, ya que simplemente lo que suelen hacer es indicar donde está cada máquina y su uso correcto en el caso de tener dudas, pero en raras ocasiones asesoran sobre ejercicios afines a nuestro físico y a nuestro nivel físico.

Singularidades de la tarifa

La gran mayoría de estas tarifas low cost están plagadas de clausulas a tener en cuenta y a las que prestar atención, ya que no debemos dejarnos nunca llevar por el precio simplemente. Estas tarifas pueden acogerse a cambios o están sujetas a un compromiso mínimo de asistencia a ese mismo gimnasio de un año e incluso dos en muchos casos. Otras veces lo que sucede es que es necesario pagar el año entero para que esta tarifa se haga efectiva. Un riesgo para muchas personas que dejan de asistir por falta de motivación y ayuda.

Otras veces la tarifa incluye simplemente horarios concretos y una serie de días a la semana en los que podemos asistir, frente a otros en los que no se nos permitirá el acceso al centro. Es una manera de regular la asistencia, ya que por norma general estos precios suelen tener una buena acogida popular, pero a nosotros como usuarios nos limita enormemente la libertad a la hora de acudir a entrenar en el momento que mejor se ajuste a nuestro estilo de vida.

Es cierto que pueden existir una serie de limitaciones con este tipo de gimnasios y tarifas low cost, pero a pesar de todo, suele ser la solución para muchas personas que no quieren gastar mucho en sus entrenamientos. Estas salas nos ofrecerán garantías y los medios necesarios para ejecutar el ejercicio, pero eso sí, debemos controlar las rutinas que vamos a llevar a cabo, ya que el asesoramiento para principiantes es casi inexistente. Además, si las condiciones se ajustan a lo que buscamos, puede ser una de las mejores maneras de entrenar por muy poco dinero todos los meses.

Imagen | Rose NYC Apartments

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