Como cada 14 de febrero ya está aquí San Valentín. Durante el día de hoy el amor está en el aire y los deportistas no sois excepción. Y es que, de hecho, el deporte en pareja puede incluso llegar a unirnos más con la persona a la que queremos.
Para celebrar este día, hemos hablado con cuatro personas cuya historia de amor está muy relacionada con el ejercicio. O bien se conocieron practicando su deporte favorito o bien entrenar juntos les ayudó a que su relación fuera todavía más saludable, en todos los sentidos.
Eva (34 años): la montaña que acerca parejas
En el caso de Eva y su pareja, no se conocieron haciendo deporte, pero la práctica de ejercicio juntas sí que ha sido clave para ambas: "la práctica de este ha dado grandes momentos en nuestra relación".
Si hay algo básico en una relación es el tener aficiones en común y cosas que compartir. Para Eva y su pareja ese hobbie compartido ha sido la montaña: "las escapadas al monte han sido un must en nuestro ocio siempre". Así, ambas comparten una actividad que pueden hacer con otras personas, pero que también pueden compartirlo solo entre ellas.
No solo se trata de romance, sino de saber que siempre tienes a alguien a tu lado para poder hacer lo que más os gusta: "es verdad que cuando hace buen tiempo es más fácil encontrar gente, pero si te apasiona perderte por la montaña en cualquier época del año y estés donde estés, es una suerte encontrar a alguien que comparta tu afición".
Eva tiene claro cómo ha beneficiado a su relación el hecho de hacer esta actividad física juntas: "el deporte consigue evadirte de tus problemas y de la rutina, proporcionando un escenario mucho más distendido en el que pasar tiempo de calidad con tu pareja". En su caso concreto la montaña les ha dado un refugio donde estar la una con la otra: "los paseos por la montaña permiten hablar largo y tendido, reírnos, montar picnics improvisados en parajes idílicos, etc."
Guillermo y Marta (46 y 48 años): unidos por el running
Guillermo y Marta tampoco se conocieron haciendo deporte. Y es que, en su caso, aunque ya eran pareja y ya hacían deporte cada uno por su cuenta, nunca lo habían hecho en pareja. Sin embargo, eso cambió hace unos años: "en 2011 el running apareció en nuestras vidas. Y lo hizo para quedarse. Ya llevábamos años de relación y años haciendo deporte, pero nunca habíamos hecho deporte juntos".
El gusanillo de poder disfrutar la experiencia del running les llegó, según explica Marta, en un viaje a Francia: "viajamos a Francia para que Guillermo, que llevaba ya casi un año corriendo con regularidad, participará en una media maratón. Yo viví el ambiente, me vi con posibilidades de disfrutar corriendo y me dije '¿por qué no probar yo?'. Empezamos a entrenar y hasta ahora. Y hacen 9 años de running en común".
Practicar running juntos les ha llevado a reforzar una rutina y vida en común: "compartir una afición como el deporte que supone cierta logística de viajes, equipamiento, horarios o entrenamientos nos facilita mucho las cosas. De hecho hay cosas como “poner lavadora de ropa de correr” los domingos, comprar geles o sales o estirar juntos tras los entrenos de los sábados que son rutinas que ya vivimos los dos con normalidad. Además compartir con tu pareja algo de lo que disfrutas resulta muy gratificante. A veces hablamos de lo difícil que sería para cualquiera de los dos tener una pareja sedentaria".
No solo eso, sino que gracias a practicar deporte ambos se han involucrado en el ámbito más solidario del running: "Formamos parte del denominado RetoDravet, un grupo de corredores que aprovechamos las carreras para dar visibilidad a una enfermedad rara, el síndrome de Dravet. Una epilepsia de la infancia que provoca faltas de desarrollo cognitivo y psicomotriz y que puede ser mortal y aún está sin cura. Y ser solidarios en común es algo que también nos aporta muchas satisfacciones".
En cualquier caso, y teniendo claro lo mucho que el deporte en común aporta a su relación, consideran que también en este ámbito necesitan reservar cierto espacio a hacer cosas de manera individual: "compartimos deporte, pero no al 100%. En ocasiones salimos a entrenar juntos o corremos alguna carrera juntos. Pero preferimos, el resto de ocasiones, realizar cada uno los entrenamientos o carreras por nuestra cuenta, respetando los ritmos objetivo de cada uno".
Tienen claro que recomendarían a todo el mundo que hicieran deporte en pareja: "no hay nada más gratificante que, terminado un maratón, volver a casa contando batallitas con tu pareja, con esa sonrisa tonta en la boca que se nos queda cuanto acabamos un 42k".
Alba (35 años): cuando el amor surge en el gimnasio
Alba y su pareja, al contrario de las demás personas con las que hemos hablado, sí que se conocieron haciendo deporte: "ambos íbamos al mismo gimnasio, al ser un gimnasio bastante grande y popular, teníamos algunos conocidos en común y acabamos teniendo contacto".
En un principio hacían actividades diferentes, pero ahora comparten rutinas: "los dos siempre hemos sido deportistas en general. Él siempre ha hecho pesas en sala y le ha gustado jugar al baloncesto, también bicicleta, correr, un poco de todo. Por otro lado, yo siempre he bailado, corrido, y he hecho tanto trabajo de sala como clases multidisciplinares, me apunto a un bombardeo. Ahora por supuesto compartimos tiempo común haciendo actividades y rutinas".
El deporte fue lo que los unió y Alba tiene claro que es lo que les unió: "estuvo ahí desde el principio ha sido un poco la base de todo. Hemos adaptado parcialmente nuestras rutinas para entrenar juntos, es una parte importante de nuestro día a día y siempre que es posible (no siempre claro también a veces nos apetece hacer cosas diferentes) compartimos esa afición y ese tiempo".
Disfrutan tanto haciendo deporte juntos que poco a poco están incluyendo nuevas actividades en común: "también aprendemos uno del otro, yo estoy aprendiendo a hacer snowboard para ir a hacer viajes de nieve juntos, por ejemplo".
Esto les ha dado momentos especiales en su relación: "las primeras caídas aprendiendo snow desde le principio también nos han costado muchas risas para él, y muchas agujetas para mí. También como nos gusta mucho viajar hemos buceado juntos, hecho snorkel, hemos hecho rutas, etc., no podría estar con una persona parada o sedentaria, acabaría conmigo".
En definitiva, las parejas que hacen deporte unidas, permanecen unidas.
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