Las personas con exceso de peso son, precisamente, las que más pueden beneficiarse del ejercicio físico, sin embargo, existe una causa principal por la cual los obesos no asisten al gimnasio: vergüenza.
La vergüenza y el sentimiento de incomodidad por su exponer su cuerpo hacia las miradas ajenas, resulta un gran impedimento para que estos individuos realicen actividad física adecuada a su enfermedad.
Tal es así que una de las actividades más recomendadas para ellos es la natación o el aquagym, pero.. ¿quién se anima a mostrarse en traje de baño?
Esta afirmación pudo confirmarse por un estudio reciente que analiza el comportamiento, el aspecto subjetivo y la percepción de la presión social experimentada por las personas con exceso de peso al asistir a un gimnasio.
La realidad es que cada vez discriminamos más, y la presión social se incrementa cada día, sentenciando a aquellos que no cumplen con la regla de lucir delgados y bellos, impuesta por la sociedad.
Sin embargo, debería encontrarse el modo, desde los centros de fitness para propiciar el entrenamiento de estas personas que tanto necesitan del ejercicio en sus vidas.
De lo contrario, no es obligatorio que quienes sufren sobrepeso u obesidad asistan a un gimnasio, sino que pueden comenzar moviéndose más dentro de casa, montando bicicleta o caminando, para después si, cuando la imagen corporal y el autoestima mejore, asistir a un centro de fitness.
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