Ciertamente, pero tristemente también, es muy común que algunas personas subestimen algún tipo de deporte por algún motivo que, objetivamente, no tiene sentido.
Por desgracia, el running suele ser uno de ellos. Es normal para ciertos deportes contratar a un preparador para que te ayuden con una actividad física en particular como en los deportes de contacto, natación, etc. Pero por algún motivo, a la hora de practicar este deporte, hay personas que se piensan que correr equivale a andar más rápido y ya está.
Muchas personas empiezan a salir a correr por un motivo muy concreto, que es el de ponerse en forma. Pero, ¿y si te dijésemos que primero has de estar en forma para salir a correr?
Qué significa esto
La primera causa por la que las personas dejan de correr es la motivación, principalmente, porque no se ponen un objetivo concreto (y no, ponerse en forma no es un objetivo concreto ni una meta a corto plazo). Al principio es muy importante que cuando empecemos una actividad física, nos sintamos motivados. Es decir, que tengamos una imagen prospectiva nuestra ideal, con logros a corto, medio y largo plazo.
Si nuestro cerebro no recibe recompensas, al menos en el ámbito del entrenamiento, empieza a emitir malestar y emociones negativas, haciendo que nuestros niveles de motivación bajen considerablemente y acabemos por dejar la carrera.
Siguiendo por esta línea, unas de las causas principales por las que las personas abandonan esta actividad física con tantísimos beneficios para nuestra salud, son las lesiones. Correr requiere de una buena forma física para poder ser eficiente en los entrenamientos de carrera.
Cómo nos podemos poner en forma
Lo principal condición para estar en forma es realizar primeramente una programación de entrenamiento de fuerza, que no necesariamente tiene que ser en un gimnasio, ya que también podemos hacerlo en casa.
El entrenamiento de fuerza es indispensable por la sencilla razón de que, además de muchas otros factores, la tensión mecánica va a generar un fortalecimiento de todos nuestros tejidos, ya sea el tejido musculoesquelético, tendones, ligamentos, etc. (aunque estos dos últimos requieren una mayor cantidad de tiempo porque no están tan irrigados).
La tensión mecánica no es más que una perturbación de los tejidos de forma mecánica y química. El grado de tensión mecánica depende principalmente de dos aspectos fundamentales, la intensidad, que son los kilogramos de carga, y la duración de la tensión muscular, es decir, el tiempo que dura la aplicación de la carga.
Probablemente hayáis escuchado que para que haya una hipertrofia de la masa muscular, es necesario que exista tensión mecánica. Aunque esto es cierto, con esto no queremos decir que si queréis empezar a correr, tengáis que ganar mucha masa muscular, aunque sí que existan ciertas adaptaciones que permitan que vuestros tejidos sean capaces de aguantar los impactos repetidos durante la carrera.
Por otro lado, nuestras articulaciones, que son donde se unen dos o más huesos, serán más compactas, íntegras y funcionales.
Qué ocurre si únicamente queremos correr
El entrenamiento de fuerza no es algo que esté relacionado únicamente con el running, sino con todos los demás deportes y con la salud en general. Y si no lo hacemos por ser más eficiente en la carrera, al menos hazlo por compromiso contigo mismo.
No contamos ni sugerimos que este tipo de entrenamiento de fuerza tenga que ser como la de un culturista, powerlifter, etc., sino que sea por mejorar tu eficiencia en carrera que, a lo largo, lo agradecerás. Y, ¿Por qué decimos que mejorarás tu eficiencia en carrera?
Como hemos comentado anteriormente, no solo el entrenamiento de fuerza va a disminuir las probabilidades de que te puedas lesionar, sino que vas a mejorar tu rendimiento en carrera por el simple hecho de que, al realizar este tipo de actividad física (refiriéndonos al entrenamiento de fuerza), aumentará la fuerza que somos capaces de ejercer, independientemente de que ganemos masa muscular, ya que hay ciertas adaptaciones de fuerza que son neuronales.
Al aumentar la fuerza que somos capaces de aplicar, también mejoraremos nuestra potencia, una variable indispensable en este deporte, que no es más que la fuerza que podemos aplicar por unidad de tiempo, llegando no solo a cansarnos menos, sino que también correremos más rápidos.
Otros beneficios del entrenamiento de fuerza
Por si no os bastaba con disminuir vuestras probabilidades de lesionaros y de mejorar vuestra eficiencia de carrera, además de estos dos grandes beneficios en el running, hay otros sobre la salud general por lo que os sugerimos encarecidamente que se practique el entrenamiento de fuerza:
- Mejora de la postura
- Disminución de las probabilidades de padecer dolor crónico
- Mejora en la sensibilidad a la insulina
- Mejora de colesterol y triglicéridos sanguíneos
- Mejora de la composición corporal
- Mejora de la tensión arterial
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