Decía el entrenador Christian Thibaudeau: "Persigue rendimiento, no fatiga"
El no pain no gain hace más mal que bien. Atrás quedó aquella época dorada y romantizada del culturismo en la que para crecer había que destrozarse.
Muchas personas siguen pensando que una sesión productiva de entrenamiento es aquella en la que sales arrastrándote del gimnasio y que te deja dolorido días después. Conseguir eso no significa nada.
En este artículo te explicamos la importancia de que te dediques a buscar rendimiento y superación y no fatiga y dolor para ganar músculo.
Estimula tus músculos, no los aniquiles
Mucha gente piensa que se crece cuando se entrena o cuando se rompen las fibras musculares. Nada más lejos de la realidad ya que en todo caso, el entrenamiento es un agente que va a causar catabolismo. Debemos entender catabolismo no solo como un proceso destructor sino más bien como una parte del metabolismo en la que se deben invertir recursos para proveer energía ya sea durante el entrenamiento o después del mismo para recuperar.
El caso es que no se está ganando músculo durante el entrenamiento, sino en las horas, días, semanas y meses después.
Lo que haces en el primer entrenamiento no te va a poner grande, no obstante lo que hagas en los sucesivos entrenamientos que superen al primero, sí lo hará.
Decíamos al principio que debemos buscar rendimiento y no fatiga, estimular y no aniquilar. ¿Qué lógica crees que tiene destrozarse entrenando si para cuándo llegue la próxima sesión no vas a poder superarla porque no has podido recuperarte correctamente? No te has hecho ningún favor.
El crecimiento muscular implica una interacción compleja de varios mecanismos. Durante el proceso de desarrollo muscular, el crecimiento de los tejidos se desata principalmente por la aplicación de tensión mecánica durante los entrenamientos.
Al someter a los músculos a una resistencia, se desencadenan lesiones microscópicas en las fibras musculares, iniciando así una respuesta adaptativa en el cuerpo. Las células satélite, que actúan como células madre musculares, entran en acción para reparar y regenerar las fibras dañadas, promoviendo así el crecimiento de nuevo tejido muscular. De esta manera, cuando hablamos de daño muscular lo hacemos más bien a una escala microscópica y no debe ser el objetivo final a perseguir ya que un exceso de daño va a implicar que nuestro cuerpo deba invertir recursos en reparar ese daño y no en desarrollar nuevo músculo.
Por último, ten en cuenta que la fatiga es inevitable pero no es el objetivo que debemos buscar. Entrenar duro es un requisito indispensable para lograr los objetivos que buscamos y eso, como es obvio, producirá fatiga, pero debemos domar a nuestro ego y tratar de no buscar la paradójica sensación de satisfacción que nos produce el dolor cuando entrenamos hasta desfallecer. Busca la satisfacción en un entrenamiento realizado con cabeza y en la superación en los entrenamientos siguientes. No brain no gain.
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Imágenes | Amanda Hodge, Alora Griffiths
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