Como cada comienzo de mes, os traemos un nuevo propósito saludable que podéis incorporar a vuestra lista. El mes de enero lo dedicamos a incluir más frutas en nuestra alimentación, el de febrero a subir las escaleras en lugar de utilizar el ascensor, el de marzo a decir adiós a las bebidas azucaradas, y el mes de abril lo vamos a dedicar a caminar un poco más en nuestro día a día.
Si bien ya hemos hablado de los conocidos 10.000 pasos diarios, un reciente estudio sugiere elevar este número hasta las 15.000, aludiendo a unos mayores beneficios para nuestra salud. Esto es lógico: estamos diseñados para movernos, de modo que cuanto más nos movamos a lo largo del día, más beneficios obtendremos. Eso sí, antes de movernos debemos saber cómo hacerlo: os dejamos unos tips y consejos para que os pongáis en marcha desde ahora mismo.
Muévete más, pero hazlo de forma progresiva: si eres de los que pasa ocho horas al día o más delante del ordenador y luego pasas mucho más tiempo sin moverte, no puedes pretender empezar caminando diez kilómetros desde el día uno. Comienza con pequeños cambios (bajarte un par de paradas antes del autobús, ir a hacer la compra andando en lugar de usar el coche) y ve aumentando el tiempo de las caminatas poco a poco y de forma progresiva.
Camina a paso vivo, ¡no te duermas en los laureles!: movernos siempre es beneficioso, pero si te lo tomas como parte de tu rutina deportiva (o como una manera de comenzar a ponerte en forma) necesitas caminar a un paso ligero. Camina como si tuvieras prisa, no como si estuvieras de compras mirando escaparates. Intenta llevar un ritmo animado y mantenerlo durante todo el tiempo que estés caminando.
Si caminar forma parte de tu entrenamiento, ponte objetivos: la principal diferencia entre caminar "porque sí" y que caminar forme parte de un entrenamiento es que lo hagas con un objetivo definido, tanto a largo como a medio plazo. Puede que tu objetivo final sea poder caminar 10 kilómetros seguidos a buen paso, pero tendrás que comenzar con pequeñas metas como caminar 15 minutos diarios durante una semana a un ritmo o pulsaciones determinadas. Puedes utilizar un pulsómetro o una pulsera cuantificadora para ir registrando tus progresos.
Mantén una postura correcta: la técnica también es importante. Mientras caminas, mantén una postura correcta, con la espalda erguida (respetando sus curvas naturales), los hombros atrás y abajo y la mirada a unos dos metros por delante de ti (no mirando al suelo). La musculatura del core o zona central debería mantenerse activa para ayudarnos a mantener la postura correcta.
Lo más importante, al margen de que integremos el hecho de caminar en nuestro entrenamiento, es que caminar forme parte de nuestro día a día: que seamos menos sedentarios y que pasemos a movernos más. Menos coche o transporte público; más caminar o moverte en bicicleta para mantenerte activo.
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