Pros y contras de las clases colectivas con monitor virtual

Constantemente en Vitónica estamos deteniéndonos en los aspectos que rodean a los gimnasios low-cost que están tan de moda en los últimos tiempos. La mayoría de estos centros están enfocados a conseguir un gran volumen de gente con el mínimo apoyo al entrenamiento. Simplemente ponen a nuestra disposición los equipos y nosotros debemos montarnos rutinas y demás. Algunos de estos centros nos ofrecen actividades grupales, pero dirigidas por un monitor virtual. En esto es en lo que nos queremos detener en este post.

Desde siempre las actividades grupales dirigidas por monitores han estado en el orden del día de los gimnasios tradicionales. Actualmente con la revolución de los gimnasios de bajo coste esta práctica se está perdiendo. Su modelo de negocio es el volumen de usuarios y ahorrar al máximo en recursos. Esto afecta a las clases grupales que han sido relegadas a una simple pantalla de televisión con un monitor virtual que nos dirige. Lógicamente esto tiene sus pros y contras que queremos analizar.

Pros de entrenar con un monitor virtual

La verdad que si lo pensamos detenidamente, este método de llevar a cabo clases comunes tiene pocas ventajas. Una de las principales es el ahorro de costes que supone para el centro. Esto a nosotros realmente no nos interesa. La única cosa que puede importarnos es que la pantalla y el entrenador virtuales no se cansan, por lo que siempre la intensidad de la clase será elevada, pase lo que pase y aunque haya habido 50 clases previas.

Otro beneficio es que el monitor nunca se pondrá enfermo y nunca faltará a su cita. Además, será siempre puntual, por lo que la clase empezará a su hora y durará estrictamente lo que está establecido en el programa. Hay que tener en cuenta que tampoco ocupa espacio y que es una persona menos que aporta calor a la sala, por lo que no contribuye a elevar la temperatura del aula.

Contras de entrenar con un monitor virtual

En cuanto a los inconvenientes, existe una amplia lista a tener presente. En principio la clase es impersonal y mecánica. Como norma general, un buen entrenador debe adaptarse a las necesidades y requerimientos de sus entrenados para evolucionar correctamente. En este caso eso no existe. Simplemente te tienes que adaptar tú a la intensidad del entrenador virtual, que muchas veces puede estar por encima de tus posibilidades y puede llevarte a un sobreesfuerzo.

Esta impersonalidad en las clases hace que seamos nosotros mismos los que tengamos que aprender las técnicas y destrezas del ejercicio por nuestra cuenta. Esto supone un riesgo a la hora de conseguir una técnica correcta. Si cometemos fallos nadie nos va a corregir y nadie nos va a incitar a seguir evolucionando. Esto es así porque las rutinas suelen ser siempre similares y apenas conseguiremos avanzar en los niveles que estamos llevando a cabo.

Es cierto que a simple vista una clase colectiva con monitor virtual puede parecer cosa del futuro y muy atractiva. En verdad lo es, pero a no ser que seas un conocedor de la rutina y del ejercicio no es nada recomendable. Sobre todo si estás empezando, lo mejor es acudir a clases colectivas clásicas para adquirir una base y un desarrollo adecuado.

Imagen | Lynne Hand Video | Youtube/ David Aguado Puerto

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