La psicología del running: así es como tu mente te ayuda a ser un mejor corredor

Cualquiera que haya salido a correr alguna vez - mucho más si se ha enfrentado a una maratón o a una carrera importante - sabrá que a la hora de correr la cabeza es casi más importante que las piernas. Por supuesto, que nuestro estado físico no sea el adecuado, o que tengamos una lesión o suframos un calambre nos va a limitar y a afectar, pero todavía más grande es el efecto que nuestra cabeza tiene en esto.

Y es que es nuestra mente la que puede decirnos que no podemos más y paremos, o las que nos alentará a seguir adelante un poco más. En ocasiones nos olvidamos de darle a nuestra mente la importancia que tiene y de entrenarla de manera que no nos la juegue a la hora de intentar terminar una carrera o de alcanzar una meta.

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Por qué es importante entrenar la mente

Existen algunas variables psicológicas que van a influir queramos o no en el rendimiento que obtengamos al salir a correr - o a hacer cualquier deporte - y que son parte importante de lo que debemos entrenar.

Entre esas variables encontramos la atención, la concentración, la motivación, la autoconfianza y la capacidad de soportar la presión. La concentración y la atención, por ejemplo, son parte importante del deporte. Los corredores necesitan tener la atención enfocada en lo que están haciendo y no dividida, al mismo tiempo que no pueden verse afectados por la desconcentración siendo distraídos por estímulos externos.

Mantenerse motivados durante un periodo largo de tiempo es algo necesario para progresar en cualquier aspecto y, por supuesto, también cuando vamos a correr. Ya sea que acabamos de empezar y estamos intentando encontrar la fuerza de voluntad para salir de casa cada día a correr, como si ya tenemos cierta experiencia y nos estamos planteando hacer una maratón, necesitaremos motivación para seguir, sobrellevar los obstáculos e ir superando metas.

Por su parte, la autoconfianza y la capacidad de soportar cierta presión es un básico en un corredor. Si salimos a correr pensando que no somos capaces, que nos vamos a lesionar, que no vamos a cumplir con nuestras metas o si nos dejamos superar por un mal día de entrenamiento, o el conocimiento de que hay personas más preparadas o rápidas que nosotros, no saldremos a correr.

Cómo ayuda la psicología a preparar la mente

Para empezar, preparar nuestra mente para una carrera pasará por una fase de autoconomiento. Tendremos que saber cómo reaccionamos ante la presión, cuáles son nuestras dudas y miedos a la hora de hacer deporte, salir a correr o preparar una carrera. Necesitaremos conocer qué nos mantiene motivados y concentrado y qué hace que perdamos esas dos cosas.

Además, no está de más que aprendamos técnicas de relajación y visualización que nos ayuden a superar la presión y que nos enfoquen en nuestros objetivos, seamos capaces de visualizarlos y enfocarnos en ellos. Como recomendación, lo ideal es acudir a un profesional de la psicología deportiva que nos guíe en este proceso.

Qué podemos hacer nosotros

En cualquier caso, si no queremos o podemos acudir a un profesional, también hay una serie de cosas que podemos hacer por nosotros mismos y que nos ayudarán a mantener sobre todo la concentración y la motivación además de ayudarnos a ganar confianza poco a poco.

  • Marcarnos unos objetivos concretos: no importa si nuestro objetivo es empezar a salir a correr porque somos novatos o si lo es correr una maratón porque ya tenemos cierta experiencia. Lo importante es que nos marquemos unos objetivos claros, y concretos. Dentro de esos objetivos tendremos que marcar el final "salir a correr cinco veces a la semana" "ser capaz de correr la maratón en este tiempo concreto" y otros objetivos intermedios que irán de más a menos "la primera semana salir a correr dos horas a la semana" "la segunda semana correr cuatro horas a la semana".
  • Medir los objetivos: los objetivos tienen que ser concretos, pero también medibles para que podamos ir observando de manera objetiva nuestros avances. Ir cumpliendo metas nos aportará una sensación creciente de autoconfianza además de ayudarnos a mantener la motivación. Además, tener objetivos claros y medibles nos ayudarán a visualizarlos mientras los estamos cumpliendo.

  • Establecer un tiempo: todos los objetivos que marquemos deben ser realistas, porque si no solo conseguiremos desmotivarnos. Pro ello, es necesario que conozcamos cuáles son nuestras capacidades, el tiempo real que tenemos y ajustemos nuestras metas a dicha realidad. Además, tenemos que planear los objetivos en base al tiempo que tenemos. Si acabamos de empezar a correr tal vez no tenga sentido plantearnos como objetivo correr completa la maratón del mes que viene, sino que tendremos que adaptar nuestro plan al tiempo que tenemos.

La realidad es que este tipo de técnica funciona para mantenernos motivados y hacernos sentir capaces y concentrados en casi cualquier tarea que nos propongamos. Si entrenamos nuestra cabeza conseguiremos mejorar en lo que nos propongamos, incluidas nuestras habilidades como corredores, ya que nos sentiremos más motivados para entrenar y más capaces de conseguir cumplir con nuestras metas. Además, habremos aprendido cómo vencer a la pereza con buenas estrategias y a no quemarnos demasiado rápido.

Imágenes | Unsplash

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