El Yoga es una de las actividades físicas favoritas de muchas personas y no es de extrañar. Se trata de una actividad que no solo ayuda a reducir nuestros niveles de estrés, sino que nos ayuda a mantenernos alejados del sedentarismo, mejora nuestra fuerza muscular, nuestra flexibilidad, reduce los dolores de espalda y un largo etc. de beneficios.
Así, ¿quién no querría practicar Yoga? Pero es que, además, tiene una ventaja añadida y es que nos permite practicarlo de manera individual, pero si lo deseamos también en pareja. Si tu pareja y tú (o un familiar, un amigo, etc. y tú) estáis buscando una actividad que hacer juntos, el Yoga en pareja puede ser lo vuestro. Estas son algunas de las posturas de Yoga que podemos practicar en pareja.
Siete posturas para practicar en pareja
Estiramiento de pie
Lo ideal, especialmente si somos principiantes, es que comencemos por posturas sencillas. Este estiramiento no solo nos ayuda a estimular nuestro sistema nervioso, sino que puede favorecer a nuestro sistema cardiovascular y respiratorio así como al metabolismo. A nivel de pareja, ayuda a trabajar la confianza.
Partimos de pie, espalda contra espalda y con los tacones tocándose. Nos damos las manos y cada uno nos vamos dejando caer hacia adelante hasta que los brazos queden bien estirados hacia detrás.
Torsión doble o giro fácil
De nuevo, se trata de una postura muy sencilla para principiantes. En concreto, realizar este tipo de torsiones puede ayudar a reducir tensiones, a estirar, relajar la espalda y oblicuos y puede ser una gran postura para terminar una rutina.
Empezamos sentados espalda contra espalda y las piernas cruzadas. Colocamos la mano derecha sobre la rodilla izquierda y pasamos la mano izquierda a la pierna derecha de nuestra pareja. Aguantamos unos 60 segundos y cambiamos de lado. Repetimos dos o tres veces.
Postura de medio loto
La postura del loto es una de las más conocidas y practicadas en Yoga y podemos llevarla a la práctica en pareja. Es una postura que nos ayuda a mejorar nuestra postura corporal y a estirar la espalda. Además, beneficia a las rodillas y permite estirar y endurecer los muslos.
Nos mantenemos sentados en el suelo con las espaldas juntos, como en la torsión doble, y las piernas cruzadas. Erguimos bien las espaldas y dirigimos el pecho hacia el frente, elevamos los brazos hacia arriba y unimos las manos con las de la pareja.
Doble barca
Esta postura, que podemos hacer de manera individual o en pareja, es excelente para trabajar los abdominales. Se trata de una postura algo más complicada, pero además del abdomen nos ayuda a fortalecer las piernas y a alargar la columna.
En este caso nos sentamos frente a frente a una distancia en las que nos podamos agarrar el uno al otro de las muñecas con los brazos estirados. Colocamos la espalda recta y apoyamos nuestros pies en los de nuestros compañeros. Estiramos primero una pierna y después la otra, asegurándonos de mantener el equilibrio. Mantenemos el abdomen activo y mirada hacia arriba. Aguantamos la postura cinco respiraciones y repetimos.
Postura del ángulo
Para realizar esta postura adecuadamente necesitamos tener un mínimo de flexibilidad, aunque podemos ir trabajándola poco a poco. Es una postura especialmente dirigida a estirar la musculatura del tren inferior y a trabajar la flexibilidad, así como a reducir el dolor de espalda.
Nos sentamos frente a nuestra pareja con las piernas tan abiertas como podamos y que nos permita mantener la espalda bien recta. Nos turnamos para estirar la espalda inclinándonos hacia adelante. La persona que asiste a quien se inclina la sujetará por los brazos o las muñecas para ayudar mientras mantiene su propia espalda estirada.
La otra persona se inclina, bajando hasta donde pueda y mantiene la postura cinco respiraciones. Repetimos unas dos veces cada persona. Podemos hacerlo también de manera que una de las personas se incline hacia adelante y la otra se vaya tumbando hacia atrás.
Postura de la fuerza
La postura de la silla o utkatasana es una postura sencilla y muy habitual que nos ayuda a trabajar las piernas y los glúteos, así como la zona media del cuerpo. Se trata de una postura que podemos realizar también en pareja con esta postura de la fuerza.
Iniciamos frente a frente con nuestros dedos de los pies rozando los de nuestra pareja. Nos sujetamos fuertemente de los antebrazos y flexionamos las piernas como si fuéramos a sentarnos de manera que se forme un ángulo recto entre piernas y glúteo y otro entre glúteos y espalda.
Postura del cuadrado
Si ya tenemos cierta experiencia y queremos trabajar cosas más difíciles, la postura del cuadrado es algo más avanzada. Nos permite trabajar en pareja los brazos, el abdomen y toda la espalda. Además, al mismo tiempo permite estirar las piernas.
Uno de los miembros de la pareja se tumba boca arriba con la espalda y piernas estirados y con los brazos levantados en 90 grados. La otra parte de la pareja sujeta con sus manos los tobillos de la persona tumbada y esta la agarra por los tobillos. Es importante mantener los brazos rectos y trabajar el core.
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