Siete trucos para motivarte a ir cada día al gimnasio (y no darte de baja dentro de dos semanas)

No sé si a todo el mundo le pasará, pero cada vez que me he planteado comenzar a ir al gimnasio estaba muy emocionada y animada. Los dos primeros días todo era ánimo y motivación y estaba convencida de que, esa vez sí, era la buena y yo iba a seguir yendo al gimnasio durante el resto de mi vida. 

El resultado solía ser que al tercer día ya se me empezaban a quitar las ganas, a las dos semanas casi no iba y a los dos meses lo abandonaba por completo. El problema es que mi motivación era a muy corto plazo y luego no la seguía trabajando. Con estos siete para ir al gimnasio cada día y no rendirnos a los dos meses. 

Un vistazo a…
Cómo elegir bien TU GIMNASIO

Buscar un gimnasio que esté relativamente cerca

Cuánto más lejos esté el gimnasio y más coste te suponga el llegar hasta él, menos motivación vas a tener para ir. Lo ideal es que el gimnasio que elijamos esté o bien cerca de nuestra casa o bien cerca del trabajo o bien en un lugar de paso entre el trabajo y casa,  para asegurarnos de que pasamos por delante o que tardamos muy poco en llegar a él. 

Si encontramos cerca de nosotros un gimnasio que nos ofrezca lo que nosotros buscamos, es nuestra mejor opción para asegurarnos de seguir motivados para ir. 

Encontrar el deporte que nos guste más

Cuando decidimos ir al gimnasio casi parece que tenemos que hacer máquinas sí o sí. Sin embargo, son muchas las opciones que tenemos. Por supuesto, podemos hacer máquinas si eso es lo que nos gusta, pero también podemos hacer entrenamiento fitness, o podemos probar todas las clases colectivas que nos ofrecen. 

Lo ideal es que cuando empecemos vayamos probando todas las opciones que el gimnasio nos ofrece y encontremos el ejercicio que más se ajusta no solo a nuestras necesidades, sino también a nuestros gustos. Si te diviertes y disfrutas es mucho más factible que sigas con ello a largo plazo. 

Déjalo todo listo el día anterior

Especialmente, si entrenamos por las mañanas, es mucho más factible que vayamos al gimnasio si al levantarnos tenemos la mochila y la ropa de deporte listas y preparadas esperando por nosotros, que si tenemos que ponernos a organizarlo todo en ese momento. 

De esta manera, podrás coger un plátano, vestirte y salir de casa casi sin tiempo a plantearte si te apetece o no. 

Que sea parte de una rutina concreta

Uno de los errores más habituales que plantearnos el ir al gimnasio "cuando podamos" durante el día. Esto hará que nunca sea parte de una rutina, sino algo que haces cuando tienes un hueco libre. El problema es que todos sabemos que los huecos libres durante el día son muy escasos y preciados y nadie quiere dedicarlos a ir al gimnasio. 

Por ello, lo más recomendable es que establezcamos un horario concreto para ir a nuestro gimnasio todos los días (o los días que vayamos). En base a nuestra agenda pondremos el gimnasio como parte de nuestra rutina y de las tareas que tenemos que hacer en una hora concreta. De esta forma, pasará a ser una responsabilidad más, y no algo que puede o no puede hacerse dependiendo de si nos sobra tiempo. 

Descansa lo mejor que puedas

Puede parecer que el que durmamos bien o mal no tiene nada que ver con la motivación para ir al gimnasio o no, pero en realidad, un mal descanso acaba con la motivación y la fuerza de voluntad de cualquiera. 

El sentirnos descansados, con fuerzas y con unos niveles de glucosa en sangre adecuadas, hará que estemos mucho más dispuestos a hacer todas las tareas que se nos presenten en el día y nos supongan un coste menor. Incluido, por supuesto, ir a hacer deporte. Si estamos cansados y gastamos nuestras reservas de motivación con el trabajo y las obligaciones de nuestra casa, seguramente no quede fuerza de voluntad para nada más. Por ello un buen descanso es fundamental

Ten un plan

Pocas cosas que me han desmotivado más a mí a la hora de ir al gimnasio que la idea de que no tenía ni idea de qué hacer. Llegar allí y sentirme como un pulpo en un garaje, dando tumbos y probando sin ton ni son diferentes maquinas o ejercicios me daba una terrible sensación de desamparo y desilusión

Por eso, lo más adecuado es que antes de ir al gimnasio tengamos un plan claro de lo que vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer y cuánto lo vamos a hacer. Los ejercicios que vamos a realizar, las máquinas que vamos a utilizar, el número de series y repeticiones y el tiempo dedicado a cada ejercicio. Con un plan es mucho más sencillo que vayamos y, sobre todo, que nos sintamos satisfechos cuando lo hayamos completado, aumentando nuestra sensación de satisfacción y motivación. 

Imágenes |  Pexels, Unsplash

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