El calzado es muy importante a la hora de hacer deporte, y es que se tiene que adaptar perfectamente al pie de cada persona, pues es una herramienta fundamental para evitar lesiones por malas pisadas que acaban forzando a los músculos, huesos y tendones.
Normalmente donde notamos más la importancia de utilizar un calzado adecuado es a la hora de practicar carrera, y es que tenemos que tener en cuenta que el pie soporta una gran presión que tiene que ser mitigada en cierta forma por las zapatillas. Para ello es importante saber el tipo de pie que tenemos y la forma de pisar, y una vez lo controlemos esto utilizar el calzado que más se ajuste a nuestras necesidades.
Antes de nada es importante saber el tipo de pie tenemos, ya que puede ser de arco alto, medio o bajo. Si es de arco alto el pie es poco flexible, mientras que si es de arco bajo es muy flexible. La forma de saber esto es humedeciendo el pie y colocarlo sobre una superficie plana que empape el agua (cartulina de color). Si la parte delantera y trasera del pie está unida por una línea fina es de arco alto, si por el contrario forma casi la figura entera del pie es de arco bajo, y el arco medio es cuando está unido por una línea un poco más gruesa.
En cada caso tenemos que elegir el calzado adecuado que nos ayude no sólo a frenar el impacto que produce el contacto del pie con el suelo, sino que sea el correcto para los movimientos del pie y evitar de esta manera lesiones causadas por una movilidad excesiva o escasa por parte de nuestras articulaciones. Para ello existen numerosos modelos de zapatillas en el mercado.
Para un pie de arco alto es aconsejable utilizar un calzado con bastante amortiguación, que supla la poca flexibilidad que nuestro pie tiene de por sí. En el caso de las personas que tienen el arco bajo, su pie cuenta con mucha flexibilidad y movilidad, lo que hace que el calzado que utilicen sea uno que controle estos movimientos y los frene. En cambio los que tienen un arco medio es importante que utilicen un calzado que proporcione estabilidad.
Pero no solamente el calzado tiene que adaptarse al arco del pie, sino que podemos haber sufrido lesiones en el tobillo o tener esta parte del cuerpo delicada, por lo que es imprescindible mantenerla sujeta. Para ello utilizaremos un calzado alto en forma de botín que mantenga el tobillo sujeto y evite que nos lesionemos. Tampoco es aconsejable calzar zapatos demasiado estrechos, pues pueden rozarnos y causarnos heridas y molestias.
Es fundamental que tengamos en cuenta esto a la hora de escoger el calzado que nos va a acompañar en nuestra actividad deportiva, y es que no tenemos que tomarnos esto a la ligera, pues es primordial mantener en buen estado nuestros pies para así aguantar mejor la presión que la carrera ejerce sobre nuestro cuerpo. De esta manera conseguiremos mantener una estabilidad en los pies evitando posibles problemas de rodillas, cadera... a causa de las malas pisadas.
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