Con la llegada del buen tiempo son muchas las actividades que se realizan al aire libre, y la escalada es una de ellas. Nuestra geografía nos ofrece numerosas posibilidades y ubicaciones para practicar este deporte que requiere fuerza y habilidad.
Para los no iniciados en esta disciplina, desde vitónica os vamos a dar algunas directrices para saber cómo comenzar a practicar una disciplina que tiene varios pasos intermedios hasta llegar a la cumbre. En primer lugar hay que habituarse a las superficies verticales practicando en el rocódromo, y de ahí pasaremos a la escalada en roca.
Esta disciplina es el primer paso para futuros proyectos más ambiciosos, y supone un primer contacto con un ambiente montañoso. Se asciende principalmente por cerros, montañas o riscos para lo que utilizaremos nuestras extremidades, previamente entrenadas, y en ocasiones nos ayudaremos de un equipo. Para desempeñar esta actividad correctamente necesitamos mucha destreza, fuerza, agilidad y sobe todo sentido común.
Existen dos tipos de escalada en roca. Por un lado tenemos la escalada libre que es la que se hace con nuestras extremidades; y la escalada artificial que se lleva a cabo con la ayuda de las herramientas adecuadas. Pero en ambos casos es muy importante acompañarnos y dejarnos aconsejar por un escalador más experimentado.
Los beneficios que nos aporta la práctica de este ejercicio es el desarrollo de la fuerza, el equilibrio y ante todo el contacto con la naturaleza. Además, por suerte a lo largo de toda la península hay muchos lugares en los que se puede practicar este deporte. Eso sí, es aconsejable siempre ir bien preparado y no ponernos metas difíciles de cumplir, sobre todo en las primeras ascensiones.
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