Ya de salida puede parecer curiosa la utilidad de una máquina de ejercicio que funcione a base de una vibración a alta frecuencia (y hasta que no la pruebas no le encuentras el sentido), pero aún más curioso es su origen: La necesidad de los astronautas rusos por entrenar en el espacio para evitar la atrofia muscular hizo que buscaran algún sistema que no fuera de carga de peso, obviamente por la ingravidez, lo que dio pie a las primeras máquinas de entrenamiento por vibración.
¿Cuál es el funcionamiento de estas máquinas? Simplemente una robusta base, una placa de movimiento vibratorio regulable y... ¡un botón! Accionando el interruptor y, adoptando una serie de posiciones para buscar posiciones básicamente isométricas y activando la musculación como estabilizadora, se ejecutan una serie de ejercicios (en constante investigación) para mejorar nuestro entrenamiento.
El coste de estas máquinas es muy variable, aúnque ya se están comercializando a nivel de "teletienda" aparatos totalmente caseros a precios más asequibles, llegamos a encontrar modelos profesionales (para uso en gimnasios de forma masiva) alcanzando costes de más de 15.000€, todo ello variando respecto a las necesidades propias del sujeto o del centro.