Después de haber dado unos consejos para tener en cuenta antes de ponerse los esquíes; es decir, una preparación básica a realizar durante el año para llegar en forma a la nieve, vamos ahora a dar unas recomendaciones para evitar lesiones esquiando una vez que ya estemos rumbo a la montaña.
Como siempre, una combinación de preparación antes del ejercicio, sentido común y evitar riesgos innecesarios será la mejor forma para evitar lesiones o, al menos, en caso de que se produzcan, que sean de menor consideración. Vamos allá:
- Equipo adecuado: Material adaptado a la talla del esquiador. Eso es básico. Lo ideal es que ya lo hayas probado antes, no que lo utilices por primera vez allí en la sierra; aunque claro, si vas de novato y es alquilado esto es más difícil de cumplir. Estar cómodo con el equipo, conocer cómo te limita en cuanto a movilidad, lo que pesa o las sensaciones que tienes es importante para estar preparado para afrontar la situación en la montaña.
- El casco te salva: Dentro del material se merece una mención especial. Un casco salva vidas. Reduce el impacto directo en caso de caída o golpe y es tu mejor aliado en caso de que pierdas el control y no te quede más remedio que llevarte un golpe en la cabeza. No lo subestimes, cuídalo y úsalo siempre.
- Técnica y control: Aprende bien lo que te diga el monitor de esquí, o bien recuerda sus enseñanzas y procura no desviarte si ya tienes un cierto nivel. Giros bruscos de rodilla pueden favorecer caídas o lesiones, por no hablar de fallos en la técnica de girar o frenar. Mejor practicar todo esto en pistas para principiantes si llevas tiempo sin esquiar, aunque ya no seas un novato.
- Comienzo suave y calentamiento: Antes de lanzarte, practica a baja intensidad, tanto para recordar la técnica como para preparar al organismo para el esfuerzo. Así evitarás tirones, molestias y también darás oportunidad al cuerpo para que esté listo para hacer un ejercicio intenso durante varias horas. No lo olvides.
- No forzar: Salvo que estés en alguna competición, ir más allá de los límites, probando pistas de un nivel muy superior a tus habilidades como esquiador, o arriesgarte a probar técnicas o movimientos más allá de tu control, no tiene mucho sentido. Las mejoras se producen poco a poco, por lo que la práctica y el control son vitales para mejorar.
El esquí y otros deportes de invierno mezclan multitud de elementos que hacen que haya riesgo de lesión por diversos motivos: habilidad de quien lo practica, condiciones de la pista, meteorología, tomar riesgos... Son muchos factores que se combinan y pueden lugar a muchos imprevistos.
Por ello, para quien sea aficionado a practicarlo, o se atreva a probarlo por primera vez, es necesario reducir riesgos al menos en aquellas variables que son más controlables, como es el material o la condición física de la persona, así de como los riesgos que tome.
En definitiva, por eso proponemos unas medidas relativamente sencillas que debemos recordar y tener en cuenta para mejorar el rendimiento y reducir el riesgo de lesión al esquiar.
Imagen | Pixabay (Licencia CC0 Public Domain)
Ver todos los comentarios en https://www.vitonica.com
VER 0 Comentario