Para la mayoría de la gente, la diferencia entre ir al fisio o al quiropráctico quizá no sea muy obvia. Al fin y al cabo, a no ser que tengamos una patología prolongada o grave, probablemente nuestro contacto con ellos sea esporádico y para tratar algún problema articular o de espalda.
Además, no es raro que una sola clínica o profesional ofrezca varios de estos tratamientos combinados, de forma que no es siempre fácil distinguir unos de otros. Aquí tienes una pequeña guía para distinguirlos y saber de cuál de ellos puedes fiarte.
Fisioterapia, una disciplina médica
Lo primero que debes tener claro es que, de los tres, solo el fisioterapeuta tiene una formación oficial y reconocida, y por tanto puedes pedir que te muestre su título universitario. En España, Fisioterapia es un grado de cuatro años y gracias a sus buenas salidas laborales, uno de los que tiene las notas de acceso más altas año tras año.
La fisioterapia es un método terapeutico para tratar lesiones o problemas físicos relacionados con el aparato locomotor a través del movimiento, el calor, el frío, el agua o los masajes así como pruebas eléctricas.
Además del título oficial, los fisioterapeutas se diferencian de los demás porque no realizan diagnósticos fuera de su ámbito de actuación, que es el relacionado con los huesos y los músculos.
Osteopatía, una pseudoterapia
La osteopatía es una disciplina pseudocientífica que apuesta por tratar todo tipo de patologías y dolencias locomotores, viscerales y nerviosos a través de la manipulación de huesos, músculos y articulaciones. En España no está reconocida oficialmente y por tanto no hace falta ser un profesional de la salud para ejercerla.
Su creador fue el médico estadounidense Andrew Taylor Still, un tipo muy aficionado a la mecánica que entendía el cuerpo humano como si fuese una máquina: todas las partes del cuerpo estaban unidas por la capa de tejido conectivo y por eso se podían alterar manipulando las articulaciones. Para él, cualquier problema que tuviese el cuerpo se debía a un desajuste de sus piezas y por eso bastaba con manipularlas adecuadamente para solucionarlo.
No existen estudios científicos rigurosos y fiables que demuestren los efectos de los tratamientos osteópatas más allá del efecto placebo. Puesto que muchas veces se combina con fisioterapia, tampoco es fácil determinar a qué se deben las mejoras que experimentan los pacientes con problemas musculares o articulares, si a una cosa o a la otra.
Quiropraxia, otra pseudoterapia (y además, peligrosa)
La quiropraxia es otra disciplina pseudocientífica en la que se tratan trastornos de todo el cuerpo, especialmente los relacionados con el sistema nervioso, manipulando el sistema músculo-esquelético pero centrándose principalmente en la columna vertebral.
La quiropraxia no está reconocida en España como una disciplina médica oficial y por tanto su enseñanza no está reglada.
No hay estudios que demuestren su eficacia, y de hecho es una pseudoterapia peligrosa porque la manipulación de la columna vertebral puede causar lesiones de gravedad: hay muchos casos registrados de dolores, accidentes cerebrovasculares, náuseas, mareos y problemas de visión entre otros asociados a visitas a un quiropráctico.
Conclusión: ve al fisioterapeuta (y pídele su título)
Hasta que haya estudios fiables que demuestren la eficacia de la osteopatía y la quiropraxia, lo más recomendable que es acudas a un fisioterapeuta titulado y te asegures de que no oferta entre sus servicios estas técnicas dudosas.
Acudir a un osteópata o a un quiropráctico es por supuesto cosa tuya, pero ten en cuenta que son servicios costosos suya eficacia no ha sido probada y que en el peor de los casos pueden causarte más daño que beneficio.
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